El ejército, la historia de la Iglesia y la liturgia tradicional, claves en su historia
Los hermanos Henry y Edward Hoffmann crecieron en una familia protestante y hoy son ambos sacerdotes católicos. |
Los hermanos
Edward y Henry Hoffmann crecieron en una familia protestante de Cincinnati (Estados Unidos).
Tras profundizar en el estudio de la historia y del cristianismo, ambos se
sintieron llamados al
catolicismo. Pero lo que no se esperaban es que, años más tarde, descubrirían juntos su vocación al
sacerdocio gracias al ejército y la liturgia tradicional.
La belleza y la historia
del catolicismo
Henry siempre llevó la iniciativa y, como contó al Catholic Telegraph, su conversión a la fe católica
comenzó en la universidad.
“Como diría san John Henry Newman, profundizar en el estudio de la historia supone dejar de ser
protestante”, explicó Henry.
“No creo que uno pueda estudiar de forma honesta la historia del
cristianismo y no acabar convencido de la fe católica”, afirmó el mayor de los
Hoffmann, que no fue una excepción a la sentencia de Newman.
Sin embargo, la evidencia intelectual no fue la única clave. “La belleza de la Iglesia es lo que
más me atrajo". Incluso, añade, “quería ser católico mucho antes
de que mi intelecto aceptara la verdad doctrinal”.
La conversión era su
única opción
Edward, por su parte, siguió la estela de su hermano Henry, su
“gran mentor”. “Además, la
Providencia puso en mi vida algunos autores que me llevaron a la Iglesia Católica”,
especialmente C.S Lewis e Ignacio de Antioquía ,
padre de la Iglesia en el siglo I.
Para él, “un lector atento puede discernir [en los escritos de san
Ignacio] todos los elementos esenciales de la doctrina y la disciplina católica
del siglo I”.
Por ello, y debido a los orígenes protestantes de Edward, el santo fue especialmente
relevante como “testimonio del origen apostólico de la fe católica”.
“Cuando me convencí de que la Iglesia católica era la que fundó
nuestro Señor, no me quedó
ninguna otra opción que la conversión”, explicó.
"Si alguna vez soy
católico, me gustaría ser sacerdote"
Como protestante, Henry siempre pensó que si alguna vez se hacía católico, querría
ser sacerdote y pronto comenzó a plantearse su vocación.
“En un principio me atrajo la vida religiosa, pero tras visitar
varias comunidades, sentí
el llamado a servir como sacerdote diocesano”.
Entonces descubrió el Oratorio de Cincinnati, una comunidad sacerdotal nacida en
2008 dedicada a la reconstrucción
de la cultura cristiana mediante la liturgia tradicional de la
Iglesia.
Henry se unió a la comunidad en 20016, donde concluyó su formación
sacerdotal hasta ser ordenado en 2021. “Los sacerdotes del Oratorio son como
sacerdotes diocesanos que viven y rezan unidos por el vínculo de la vida
comunitaria bajo la dirección del rector”, explica.
Una vocación movida por
el ejército y la liturgia tradicional
Lejos del mundo religioso, el pequeño de los dos hermanos, Edward,
siempre se había sentido atraído por el ámbito militar, y cursaba su formación en el Cuerpo
de Entrenamiento de Oficiales de Reserva del Ejército (ROTC) gracias
al programa de acceso que le permitía su universidad en Cincinnati.
Edward cuenta que solo pasaron algunas semanas desde su conversión
hasta que se sintió “abrumado por el deseo de servir al Señor. Estaba en una misa tradicional con
Henry cuando finalmente supe que Dios me llamaba a ser sacerdote”.
El joven converso encontró en aquel episodio la ocasión perfecta para enlazar sus
dos grandes vocaciones, la sacerdotal y la castrense, y concluyó su formación
como sacerdote diocesano para poder ser capellán militar.
Esta primavera, Henry y Edward fueron ordenados en una misma ceremonia. “El padre Edward fue el
diácono en mi ordenación, fue el quien pronunció mi nombre convocándome al
altar. Fue un momento muy especial, tan solo superado cuando yo impuse mis
manos sobre él y supimos que compartíamos como hermanos el regalo más precioso
que Dios puede dar a los hombres”, concluye Henry.
Fuente: ReL