En Vatican News, dialogamos con el joven escultor español sobre el origen de su vocación artística, y como a través de ella busca acercar el misterio de Dios a la vida diaria de los creyentes a través de sus tallados
José María Ruíz Montes, escultor español |
“El origen de
su vocación artística, su preparación académica, espiritual y teológica para
realizar sus obras, el esfuerzo por plasmar y representar el misterio de Dios y
la importancia de la relación entre arte y oración”, son algunos de los temas
al centro de la entrevista con José María Ruiz Montes, escultor español.
“Padre, ayúdame
para que estas manos puedan plasmarte a través de la madera, del barro, del
lápiz o la pintura; poder plasmarte lo más justamente posible y que esos lazos
de mensaje, de conexión, sean verdaderos y se hagan una verdad plástica en la
tierra”, es lo que José María Ruiz Montes, escultor español, pide cada vez que
le encargan realizar una obra, cada vez que pone el don artístico que ha
recibido al servicio del arte sacro, como es el caso de su último tallado, el
“Santísimo Cristo de la Vera Cruz”, realizado para la Cofradía de la Vera Cruz
de Almogía (Málaga), España.
En Vatican
News, dialogamos con el joven escultor español sobre el origen de su vocación
artística, y como a través de ella busca acercar el misterio de Dios a la vida
diaria de los creyentes a través de sus tallados. “Para José María Ruiz Montes,
el nacimiento de su vocación artística empezó desde pequeño. En una inclinación
por coger los lápices y el papel hasta que se va formando a través del estudio.
Ese germen – precisa el escultor – puedo decir que, el precedente familiar es
mi madre, porque siempre la he visto con las manos manchadas de barro como
acostumbro decir”.
Santísimo Cristo de la Vera Cruz |
¿Cuál es la
relación que hay entre tu vida, entre lo que vives en tu familia y en tu
comunidad con las obras que realizas? ¿Cómo se refleja eso en las esculturas
que realizas?
R.- Vivo en la
ciudad de Málaga, en España y ahí hay una cierta tradición, una creencia en la
tradición religiosa y en el mundo de la Semana Santa, de las Cofradías. Hay una
tradición que no se ha perdido hasta hoy y esa vivencia, esa experiencia que he
vivido de pequeño, de ir con mi madre a la iglesia y a Misa, de ver lo que veía
en la calle procesional, en el templo, siempre me ha dado como una inclinación,
una atracción, como un imán. Al ver esas imágenes piadosas tenían algo que me
atraían. Lógicamente eso ha plantado el germen, la semilla para poder
inclinarme al mundo artístico de la estética, de la belleza, pero, sobre todo,
en este caso mezclarlo con la religiosidad.
¿Cuáles son las
características de las obras que realizas? ¿Cómo las podemos reconocer, cómo se
diferencian de otras esculturas?
R.- La
formación, como hemos comentado antes, se viene haciendo desde pequeño hasta la
formación académica. Lógicamente seguimos creciendo, es un oficio en el que no
hay tope, donde no se puede decir aquí lo he aprendido todo y es esto lo que
ofrezco, sino es cada encargo, cada trabajo que se va convirtiendo en un motivo
de seguir creciendo y aprendiendo. Como yo digo, la anterior sirve de base a la
posterior, es decir, cada obra que se va haciendo es un momento, una
oportunidad, de seguir investigando en ello técnicamente y también
espiritualmente. La producción que hago es 95 % de obra sacra, por lo tanto,
hay mucho fondo espiritual, mucho fondo teológico, donde siempre yo estoy
abierto en aprender, en empaparme de la teología, de la espiritualidad y de la
técnica escultórica. Entonces, es tan enriquecedor que a fin de cuentas va
creciendo la persona, también con el oficio y la persona y el espíritu y la
grandeza que uno va cogiendo a través de los años indudablemente en
crecimiento, en alza.
¿Cuál es la
relación entre la oración y la escultura, se puede decir que, esculpir es orar?
Rostro de la Virgen María |
R.-
Evidentemente, durante el trabajo que se esta llevando acabo, empieza un
trabajo, una obra nueva, desde los primeros trazos, desde la búsqueda del
boceto, de la idea, de esa inspiración que se busca constantemente, desde ahí
se empieza a interiorizar, a orar, a decir: “Padre, ayúdame para que estas
manos puedan plasmarte a través de la madera, del barro, del lápiz o la
pintura, poder plasmarte lo más justamente posible y que esos lazos de mensaje,
de conexión, sean verdaderos y se hagan una verdad plástica en la tierra”. Me
parece tan bonito que, cuando Dios te regala ese don, o esa gracia para poder
conectarte con Él, poder compartirlo con los demás y que los demás puedan
decir: “Jesús existe, Dios existe”.
¿Cuál de tus
obras consideras que tiene mayor realce? ¿Cuál consideras que es la más
importante que has realizado?
R.- Como digo
normalmente, no la más importante sino la mejor, con la que se siente uno más
satisfecho es la última. La última ha sido una obra para la Provincia de Málaga
que es el “Santísimo Cristo de la Vera Cruz”, para la Cofradía de la Vera Cruz
de Almogía (Málaga) y esa es la obra que tengo más reciente, la qué es el
resultado de todas las obras anteriores que la preceden. Luego hay muchas obras
punteras que han llevado, digamos, un trabajo muy arduo de años, como todo el
Conjunto Escultórico del Trono de la Redención en Málaga. También tengo algunos
monumentos civiles en obras profanas, pero el Cristo de la Misericordia, por
ejemplo, que está en la ciudad de Málaga. Una de las obras últimas que termine
que es el Cristo del Perdón que está en la ciudad de Puerto Llano, en España.
La verdad que cada una ha aportado, digamos, un momento en concreto de la vida
personal y lógicamente cada una va sumando para poder llevar a cabo la última
que está por realizar. En concreto, ahora me encuentro realizando una que es
muy importante que es el Cristo de la Humildad y Paciencia para la ciudad de
Málaga. La verdad que con cada obra y en esta obra se deja todo lo que uno
quiere plasmar espiritualmente y lo máximo en las terminaciones, los detalles,
en la técnica para poder intentar llegar al espectador.
¿Qué es lo que
buscas transmitir a los espectadores en tus obras?
Rostro de Cristo crucificado |
R.- Mi mensaje
está plasmado en las obras, no con las palabras, sino que se paren a verla, a
observarla, si tienen la oportunidad de ver una obra en directo, lógicamente es
un mensaje para poder verla y apreciarla en vivo y en directo. En esa obra lo
que intento buscar es que Dios nos ama, Dios existe e intentar toda la verdad
en esa obra escultórica, a fin de cuenta eso es el amor, que debemos de tener
entre nosotros y la fraternidad que debe de existir, debe de permanecer y
vencer todos los conflictos, todos los conflictos personales, y mundiales de lo
que existe. Por eso siempre plantar una semilla de que cada uno siente lo que
tiene que sentir con la obra que se observa, pero intentaré solo que sea una
semilla buena y positiva para poder sentir paz y saber que Dios se sacrificó
por nosotros por amor.
José María Ruiz
Montes
Nace en Málaga,
el 8 de junio de 1981. Casado y padre de tres hijos, ha vivido toda su infancia
en el barrio de Ciudad Jardín, donde cursó sus estudios de infantil y primaria
en el colegio Alegría de la Huerta. Hijo de padres malagueños, está vinculado
desde pequeño al mundo de las cofradías. En concreto, a través de su madre
desarrolla una gran devoción a Nuestro Padre Jesús de la Pasión, titular de la
Archicofradía de Pasión, de la que es hermano. En el año 2003 abre su propio
taller en el barrio de su infancia (Ciudad Jardín) donde culmina su primer
encargo, Santa María de la Natividad para la Parroquia Natividad del Señor.
Algunas de las
obras más destacadas de José María Ruiz Montes son:
– Santísimo
Cristo de la Caridad, titular de la hermandad del Cristo Yacente de Fuengirola.
– Dulce
Nombre de María, para la Parroquia del Dulce Nombre, de la barriada de Los
Prados, en Málaga.
– Conjunto
de relieves para la Hermandad del Gran Poder, Málaga.
– Sibilas
para las esquinas del trono de Nuestra Señora de Gracia y Esperanza, de la
Cofradía de Estudiantes, Málaga.
– Imaginería
para la Hermandad de la Humillación, de Salobreña (Granada), cuya pieza del San
Juan Bautista fue premiada en el año 2009 por el doctor en Historia, Juan
Antonio Sánchez López.
– Conjunto
para el trono de la Virgen de la Caridad, Fuengirola.
– Crucificado
del Consuelo para la Capilla del Buen Samaritano.
– Heráldica
de la Hermandad de las Penas, de Málaga, para la fachada del Oratorio de Santa
María Reina.
– Cristo
atado a la columna, adquirida en 2010 por la Hermandad de la Flagelación de
Torrevieja (Alicante) y que fue premiada en 2014 por el historiador conservador
del patrimonio de la Junta de Andalucía, José Luis Romero Torres.
– Conjunto
del trono de la Redención, de la Archicofradía de los Dolores de San Juan.
– Ángel
Custodio-Sacramental para el Nazareno de Viñeros de Málaga, que recibió el
Premio Strena Artis en el año 2014.
– Cristo
de la Misericordia, para la Iglesia de San Miguel de Miramar Málaga. Obra
premiada como mejor creación sacra de España por ‘La Hornacina’
– Catafalco
para el misterio de la Sagrada Mortaja, de la hermandad del Monte Calvario, de
Málaga.
– Imaginería
para los ciriales de la Hermandad del Santo Sepulcro, de Málaga, que recibió el
Premio Strena Artis en el año 2015.
– Dolorosa
del Buen Camino para la Capilla del Colegio Virgen Inmaculada, de Gamarra
(Málaga).
– Ejecución
de las nuevas manos para la antigua Imagen de los Dolores de Servitas.
– Monumento
en bronce al almirante malagueño Augusto Miranda y Godoy para la localidad
malagueña de Archidona.
– Busto
del filósofo español Jorge Ruiz de Santayana para la embajada de España ante la
Santa Sede, en Roma.
– Busto del rey
de España Felipe VI para la embajada de España ante la Santa Sede, en Roma.
Renato Martínez
- Ciudad del Vaticano
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