El Pontífice nos alertó en su alocución sobre las falsedades del corazón, sobre la hipocresía, ¡que es una enfermedad peligrosa del alma!, y es algo que se ve en tanto lugares, señaló, es el clericalismo
Vatican News |
Francisco nos
aconsejó que sigamos el modelo de la viuda del Evangelio de hoy, “aprendamos de
ella: una fe sin adornos externos, sino sincera interiormente; una fe hecha de
humilde amor a Dios y a los hermanos”.
El Papa
Francisco, en su alocución antes del rezo mariano del Ángelus, retomando el
Evangelio del día, afirmó que la Liturgia de hoy nos “pone delante de un
sorprendente contraste”: los ricos, que dan lo superfluo para hacerse ver, y
una pobre mujer que, sin aparentar, ofrece lo poco que tiene.
“Jesús mira dos
escenas. Y es precisamente este verbo –“mirar”- que resume su enseñanza: a
quien vive la fe con duplicidad, a esos escribas, “debemos mirar” para no
convertirnos como ellos; mientras que a la viuda debemos “mirarla” para tomarla
como modelo. Detengámonos en esto: tener cuidado con los hipócritas y mirar a
la pobre viuda”.
“No ser
hipócritas, viviendo de la apariencia”
Francisco nos
alertó sobre todo, a no seguir el modelo hipócrita de los escribas, que
“cubrían, con el nombre de Dios, la propia vanagloria y, aún peor, usaban la
religión para atender sus negocios, abusando de su autoridad y explotando a los
pobres”. El Papa nos pide que no sigamos el modelo de los hipócritas, que basan
su vida en el culto de la “apariencia, de la exterioridad, sobre el cuidado
exagerado de la propia imagen. Y, sobre todo, estar atentos a no doblegar la fe
a nuestros intereses”.
Una
advertencia, la de Francisco, actual, hoy y siempre, actual para cada uno de
nosotros, para la Iglesia y la sociedad. Y se ve tanto en muchos lugares, dijo,
es el clericalismo. Pidió que no nos aprovechemos nunca de nuestro papel, de
nuestro cargo, para “aplastar a los demás, ¡nunca ganar sobre la piel de los
más débiles! Y estar alerta, para no caer en la vanidad, para no obsesionarnos
con las apariencias, perdiendo la sustancia y viviendo en la superficialidad”.
Nos invita a
cuestionarnos en nuestras acciones y en lo que pregonamos, hacer ese examen de
conciencia, preguntarnos si deseamos ser apreciados y gratificados o damos un
servicio a Dios y al prójimo, especialmente a los más débiles.
El Pontífice
nos alertó en esta alocución sobre las falsedades del corazón, sobre la
hipocresía, ¡que es una enfermedad peligrosa del alma! Señaló. La hipocresia
afirmó, es un juzgar por debajo, aparecer de un modo y por debajo tener otro
pensamiento, personas con el alma doble.
Sanar de la
hipocresía siguiendo el modelo de la viuda
Tras alertarnos
para que no caigamos en la falsedad, en la hipocresía, abusando de los más
débiles, Jesús, dijo el Papa, nos invita a seguir el modelo de la pobre viuda,
a mirar a la pobre viuda, para sanar de la enfermedad de la hipocresía.
“El Señor
denuncia la explotación hacia esta mujer, que para dar la ofrenda, debe volver
a casa sin siquiera lo poco que tiene para vivir. ¡Qué importante es liberar lo
sagrado de las ataduras con el dinero! Pero, al mismo tiempo, Jesús alaba el
hecho de que esta viuda da al Tesoro todo lo que tiene. No le queda nada, pero
encuentra en Dios su todo. No teme perder lo poco que tiene, porque tiene la confianza
en el tanto de Dios, que multiplica la alegría de quien dona”.
En su
alocución, Francisco nos recordó que Jesús propone la viuda, como maestra de
fe:
“Ella no
frecuenta el Templo para tener la conciencia tranquila, no reza para hacerse
ver, no hace alarde de su fe, sino que dona con el corazón, con generosidad y
gratuidad. Sus monedas tienen un sonido más bonito que las grandes ofrendas de
los ricos, porque expresan una vida dedicada a Dios con sinceridad, una fe que
no vive de apariencias sino de confianza incondicional”.
Francisco nos
alertó de no ser hipócritas, una enfermedad peligrosa, que la podemos curar,
aprendiendo del ejemplo de la viuda, con su fe “sin adornos externos, sino
sincera interiormente; con su fe hecha de humilde amor a Dios y a los
hermanos”.
Patricia
Ynestroza-Ciudad del Vaticano
Vatican News