La Conferencia Episcopal ha publicado este miércoles el currículo correspondiente a esta etapa, que incluye seis competencias específicas
Materiales de la asignatura de Religión. Foto: Baya Balanya |
La clase de
Religión en Bachillerato pretende dar respuesta a los desafíos democráticos,
socioeconómicos y ecológicos desde la moral social de la Iglesia. Así se pone
de manifiesto en una de las seis competencias del currículo de la asignatura
para esta etapa publicado este miércoles por la Conferencia Episcopal Española
(CEE).
«Se propone
comprender el proyecto de fraternidad humana, anunciado en Jesucristo: la
superación de la injusticia y la violencia, de los fundamentalismos políticos e
integrismos religiosos. Supone la propuesta de ideales para la construcción de
la casa común, la cultura del encuentro, el cuidado del planeta, la diversidad
y la inclusión de todos y cada uno de los seres humanos en un ámbito de vida y
de humanidad plena. Implica el análisis crítico de los desafíos económicos,
analizando sus causas y consecuencias desde la moral social de la Iglesia»,
recoge el texto.
Además, los
alumnos aprenderán a reconocer el carácter relacional del ser humano, como
fundamento de sus derechos y deberes y, por tanto, analizarán críticamente las
propuestas morales del pensamiento cristiano en diálogo con otros humanismos e
ideologías. Esto les servirá para «la toma de decisiones democráticas, la
resolución pacífica de conflictos sociales y económicos, proponiendo valores de
diversidad, interdependencias, cooperación, solidaridad…».
Otro aspecto
recogidos en el currículo de la materia tiene que ver con el
reconocimiento de la dimensión espiritual como fuente de sentido. Esto es, con
el conocimiento de la experiencia religiosa cristiana a través de relatos
bíblicos y personajes relevantes, aunque también deberá existir un diálogo del
cristianismo con la filosofía, la ciencia y las otras religiones.
Acercamiento a
la teología
También incluye
un apartado dedicado a la teología como disciplina académica en el que se
propone trabajar «los contenidos esenciales del mensaje cristiano en diálogo
con otras asignaturas». Se trata fundamentalmente del conocimiento de la
Biblia, Jesucristo y la Iglesia, así como del diálogo entre la fe y la razón,
la fe y las ciencias y la fe y las culturas.
En clave más
personal, la asignatura de Religión se propone ayudar a los alumnos en su
proyecto vital desde la antropología cristiana y su enseñanza social, que
aparece como propuesta en un contexto de pluralidad. Y se pone énfasis en el
patrimonio cultural del cristianismo, de modo que promueve la comprensión de
«las manifestaciones artísticas de nuestra cultura, tanto en sus expresiones
como en sus significados, para alcanzar un conocimiento más completo de la
historia de la humanidad».
Fran Otero
Fuente: Alfa y
Omega