Entrevista al Cardenal Luis Antonio Tagle sobre el Año dedicado a San José y sobre la "Patris Corde" del Papa Francisco
Cardenal Luís Antonio Tagle |
Para el
Prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, todos
podemos aprender de San José lo que significa cuidar con amor a los que nos han
sido confiados, especialmente en la vida familiar.
San José es una figura oportuna y fecunda no sólo para
los padres, sino para todos los bautizados. Así lo ha subrayado el Cardenal
Luis Antonio Tagle en una entrevista concedida a los medios de comunicación del
Vaticano sobre el Año especial deseado por el Papa Francisco con motivo del 150
aniversario de la declaración de San José como Patrón de la Iglesia Universal.
El Prefecto de Propaganda Fide también se detiene en la Carta Patris Corde e indica
en San José – en su hacerse custodio de Jesús y María, aunque esto requiera
"cambiar de camino" – una figura que puede inspirar a la Iglesia en
el proceso sinodal iniciado por el Papa Francisco.
Estamos viviendo un Año especial querido por el Papa
Francisco para celebrar a San José. ¿En su opinión, cuáles son los frutos que
todos los bautizados, todos nosotros, podemos recibir de este Año especial?
La figura de San José está justamente ligada a la de
los padres. Sin embargo, creo que usted ha subrayado correctamente que todos
los bautizados podemos beneficiarnos de este Año especial. Especialmente en los
siguientes ámbitos: espero que, como San José, cada bautizado esté atento a la
voz y a la guía de Dios. Especialmente en los momentos de prueba en la vida.
También, que todos los bautizados confíen en Dios para seguir el plan de Dios
incluso cuando las cosas no siempre están claras. Luego, también ser un buen
"administrador", un guardián, un custodio de las personas que Dios
nos confía.
En su carta Patris corde, el Papa
Francisco destaca la importancia de San José para los padres de hoy. ¿Qué es lo
que más aprecia de este documento?
Hay muchas, muchas cosas que este documento nos
ofrece, especialmente a los padres. Una de las cosas que realmente aprecio es
que, en primer lugar, presenta a San José como una persona que acepta la
realidad. Aceptar la realidad no significa ser pasivo o simplemente tolerante
con algo. Acepta la realidad tal y como es, vive de acuerdo con esa realidad. Y
cuando acepta esa realidad, ve lo que Dios quiere que haga para transformarla.
A veces tenemos la tentación de no aceptar la realidad. Vivimos en un pasado
que hemos idealizado. O vivimos en una utopía que aún no existe. Y así no
sabemos cómo transformar el presente. San José, en cambio, según Patris
Corde, aceptó la realidad y, en esa aceptación, escuchó la palabra de Dios
y actuó con valentía para transformar esa realidad.
Justamente sobre la realidad... hoy en día estamos
acostumbrados a que sólo tenemos razón si hablamos, si tenemos la última
palabra en una conversación. San José, en cambio, muestra su fuerza
permaneciendo en silencio, en la sombra. ¿Qué nos enseña esta actitud?
Es cierto. Cuando era seminarista, el nombre de mi
seminario era Seminario San José. El silencio es una de las virtudes de San
José que se nos ha señalado. El Evangelio no recoge ninguna de sus palabras,
pero guarda la Palabra de Dios en silencio. Es Jesús quien habla en su
silencio. Protegió la Palabra de Dios de quienes querían matarlo y silenciarlo.
Por lo tanto, esto nos enseña una lección. En primer lugar: nuestro deseo de
hablar, hablar y hablar. "¿Es para mí o es para la Palabra de Dios?
Segundo: a veces el silencio es el discurso más poderoso. Incluso Jesús, cuando
fue juzgado por Pilato, guardó silencio en un momento dado. Pero en su
silencio, ¿quién estaba siendo juzgado? Fue el sistema corrupto el que se
reveló en el silencio de Jesús. Creo entonces que Jesús aprendió el silencio de
San José.
San José es también el padre que avanza, que cambia su
camino para proteger a su familia. ¿Qué le dice su fe a la Iglesia, ahora
comprometida en este proceso sinodal?
El proceso sinodal es para nosotros una invitación a
caminar juntos, a viajar juntos. Hay una vía que San José nos muestra. Caminó
por caminos peligrosos con María y Jesús, guiado por las indicaciones del ángel
de Dios. Es un caminar que significa protección, que significa cuidado.
Esperamos poder desarrollar, durante el proceso sinodal, esta capacidad de amar
a Jesús, de amar a la Iglesia. Y aunque habrá comentarios no siempre positivos,
debemos hacerlo por preocupación, por amor, para que el nombre de Jesús sea proclamado
y preservado.
Una última pregunta, un poco más personal. Usted es
muy devoto de San José. También ha declarado esta devoción en varias ocasiones.
¿Qué es lo que más le llama la atención de este santo?
Esta devoción me permite recurrir a él en diferentes
situaciones. Sobre todo, cuando hay momentos difíciles y me siento desanimado y
digo 'no sé qué hacer'. Así que pido la protección de San José. De manera
especial también el valor de permanecer en la sombra. Se necesita valor, sobre
todo cuando se tiene la sensación de que se tiene la idea correcta y se quiere
proponerla. Crees que tienes la solución correcta, pero luego purificas tus
intenciones y dices "un momento, ¿me estoy promocionando o estoy buscando
el bien?". Si no es tanto por el bien de los demás, entonces lo correcto
es permanecer en la sombra y dejar que Dios y el ángel de Dios hagan sus
maravillas.
Alessandro Gisotti
Vatican News