Como cristianos, estamos llamados a ser santos. Para lograrlo, los requisitos son ser declarado siervo del Señor, luego Venerable y finalmente acreditar dos milagros
| Plaza de San Pedro. Dominio público |
Las restricciones de aforo en camposanto
marcaron esta festividad en 2020, por lo que es de prever que en este 2021, con
la relajación o erradicación de las limitaciones, todo vuelva a la normalidad.
Cabe
recordar en este punto que, cada 1 de noviembre, recordamos a todos los santos,
no sólo a los que están en los altares y han pasado los procesos del Vaticano. Cada uno de nosotros estamos llamados a
ser santos. Dios nos quiere así y para eso nos dio el don
de la fe, fue su regalo cuando nos bautizaron, y todos los que estamos
bautizados tenemos que ser santos, pero también tenemos que querer serlo.
Y es que ser
santos es querer seguir a Jesús, actuar como Él, hacer el bien como Él, amar
como Él. En la Iglesia Católica se estima que hay
canonizados unos 10.000 santos, si bien es cierto que los procesos para
alcanzar este nivel de santidad es del siglo XVIII.
¿Cuáles son los pasos que hemos de seguir para ser
canonizado?
En primer lugar, hemos de ser un siervo del Señor.
Corresponde al postulador de tu causa remitir a
la Santa Sede un informe con tus virtudes y tu vida para, ser santificado. Será
la Congregación para las Causas de los Santos la que estudie el documento y
determine si puede ser llegar en el futuro a ser canonizado.
El segundo paso es ser declarado Venerable.
Para ello, el la Santa Sede recibe los testimonios de
personas que conocieron a la persona que se pretende canonizar, así como
analizar sus escritos en vida. El relator deberá dictaminar en un documento si
esa personalidad puede llegar a ser santo. En caso de que el relator dé luz
verde, corresponde al Papa aprobar para dictar el Decreto de Heroicidad de
Virtudes.
La siguiente fase es de las más complejas, ya que para ser beatificado, es necesario demostrar la realización de un milagro gracias a su intercesión.
Un proceso largo que
ha de ser analizado por la diócesis donde tuvo lugar el supuesto milagro, y
donde además conviven los testigos. ¿Qué tipos de milagros suelen ser?
Por un lado, que tenga lugar un hecho que los
científicos no logren justificar a través de la Ciencia. En la mayoría de los
casos solemos hablar de la sanación milagrosa de una enfermedad. Por otro lado,
se estudia la intercesión del venerable en la realización de ese hecho.
La Congregación para las
Causas de los Santos será quien decrete si se puede
considerar un milagro el hecho concreto. De serlo, el prefecto de la
Congregación ordena la confección del decreto correspondiente para ser sometido
a la aprobación del Papa para ser beatificado y determinar la fecha de la
ceremonia litúrgica.
Una
vez beatificado, falta el último paso para ser canonizado, siendo para ello
requisito imprescindible acreditar un segundo milagro, que ha de
producirse una vez que se haya celebrado la beatificación, no antes. Para
examinarlo esta congregación sigue los mismos pasos del primer milagro, siendo
el Papa el encargado de su aprobación.
Fuente: COPE