EUCARISTÍA: «FUENTE Y CULMEN DE TODA LA VIDA CRISTIANA»

En el momento de la consagración por el poder del Espíritu y por las palabras de Cristo, el pan y el vino se vuelven el Cuerpo y la Sangre de Cristo

Dominio público
Jesús instituyó este sacramento la noche de la Última Cena y a él está vinculada su presencia sacramental en el mundo.

Luego tomó el pan, dio gracias,  lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo: «Esto es mi Cuerpo, que se entrega por ustedes.  Hagan esto en memoria mía». Lc 22,19

Jesús no pidió solo ser recordado sino que mandó repetir sus gestos y sus palabras. Desde el principio, la Iglesia ha sido fiel a este mandamiento: en cada celebración litúrgica se repite el memorial de la muerte y resurrección de Cristo en donde estos eventos se vuelven presentes y actuales

En el momento de la consagración por el poder del Espíritu y por las palabras de Cristo, el pan y el vino se vuelven el Cuerpo y la Sangre de Cristo. Es el misterio de la transubstanciación: el pan y el vino mantienen su aspecto exterior pero cambia su sustancia.

La celebración eucarística es conocida también de otras formas para subrayar los diversos aspectos y efectos de este sacramento:

Cena del Señor: la referencia es a la última Cena, y a la cena del banquete del Cordero, en la Jerusalén celestial

Fracción del pan: es un rito típico de la cena judía, repetido por Jesús durante la última Cena. Por este gesto, los discípulos han reconocido a Jesús resucitado. Era de esa forma que los primeros cristianos llamaban a sus liturgias.

Comunión: con este sacramento nos unimos a Cristo y entre nosotros.

Todos nosotros, aunque somos muchos, participamos de ese único pan. 1 Co 10,17

La Eucaristía es el sacramento de quien está en plena comunión con la Iglesia. No se puede recibir si no se está bautizado o si se está en un estado de pecado mortal.

Es el «pan de los ángeles» pero también de los peregrinos y pecadores: como el alimento nutre al cuerpo, del mismo modo necesitamos alimentarnos con la Eucaristía para crecer y caminar en la vida cristiana.

Como afirma el Catecismo la Comunión fortalece nuestra unión con el Señor, perdona los pecados veniales y nos ayuda a no caer en pecados graves.

Para recibir la Eucaristía los fieles están invitados a abstenerse de comida y bebida al menos una hora antes de recibir la comunión y a confesarse si se está en pecado mortal

También la ropa y la actitud son importantes y deben expresar respeto.

La Iglesia anima a los fieles a recibir la comunión cuando participan en la misa, si no están impedidos para hacerlo.

Los católicos tienen la obligación de participar en la misa el domingo y los festivos de precepto y recibir la Eucaristía al menos una vez al año, preferentemente en Pascua, después de haberse confesado

La Eucaristía puede recibirse tanto de pie como de rodillas, en la boca o en la mano. En este último caso es necesario que la hostia consagrada se consuma inmediatamente, frente al sacerdote, y no dejar caer fragmentos.

Con el tiempo, la Iglesia ha profundizado sobre la importancia de la devoción a la Eucaristía incluso fuera de la misa, promoviendo la adoración eucarística

Jesús nos espera en este sacramento de amor. No rechacemos el tiempo de ir a su encuentro en adoración San Juan Pablo II

Marinella Bandini 

Fuente: Aleteia