En su canal cuenta con 765.000 suscriptores. El vídeo de la religiosa pretende configurar familias fuertes y sanas
Hermana Glenda. Dominio publico |
Licenciada
en Psicología por la Universidad Pontificia de Salamanca, uno de sus vídeos más
populares es el titulado: "Diez claves para transformar tu familia",
un vídeo en el que relaciona la psicología y la fe. Lo que pretende la
hermana Glenda con él, es configurar familias fuertes y sanas.
Los espacios
El
primer granito de mostaza que propone es salvar los propios espacios de la
familia. Afirma por ejemplo que en la cabecera de la mesa no solo debe ser
ocupado por el padre, sino también la madre. Además, dice que para enseñar
a los hijos a no competir por los primeros puestos como enseña Jesús en el
Evangelio es positivo que roten por distintos sitios en la mesa. También
propone otros espacios individuales que deben respetarse en el propio hogar.
Las normas
La
normas familiares son pautas que regula a una familia, como por ejemplo dar los
buenos días o las buenas noches. Pero tanto las normas explícitas como
implícitas hay que revisarlas para que sean normas justas y no abusivas ni
rígidas. Una norma abusiva sería por ejemplo que las
madres o hijas sirvieran a los varones en sus casas. O bien, el horario que los
adolescentes deben regresar a casa, que sea flexible si hay una fiesta o una
celebración. "Jesús también se saltó la norma de los sábados para curar a
los enfermos", afirma.
Los límites
Cada
miembros de la familia puede pertenecer a un subsistema donde aprende
ciertas habilidades. Cuando un hermano mayor se pasa de la raya con el hermano
pequeño, se le debe frenar porque la autoridad solo la ejerce los padres.
Tampoco los límites deben ser rígidos. También aclara que las madres no pueden
tratar a sus hijos varones como un sustituto del marido, ni padres que sean tan
amigos de sus hijas que parezcan sus novias.
Desligamiento
El
núcleo de las madres con los hijos pequeños puede ser tan intenso que tiende a
desligare o a descartar al padre. O por ejemplo, si los padres se ven
demasiado afectados con las peleas de sus hijos. Por eso las familias no deben
ser demasiado aglutinadas con el fin de que los niños crean con
independencia. Tampoco es bueno que los padres vivan tan despegados de sus
hijos, porque los niños necesitan su apoyo para crear vínculos
sanos. "Jesús creo un sistema grupal aglutinado pero no tanto que
impidiera el crecimiento personal de cada uno", dice la
religiosa.
El espacio de los esposos
El
quinto punto del que habla es el espacio personal del matrimonio,
un tiempo dedicado a para ellos para que vuelvan a conectarse como pareja,
independientemente de sus hijos.
Liderazgo y autoridad
Dos
virtudes esenciales en los padres, que deben constituir un
equipo directivo para la familia, apoyándose mutuamente. No
es bueno que el padre o la madre ejerza solo la autoridad. Y estas virtudes no
deben convertir a los padres en ser padres demasiado amigos de sus hijos, pero
no significa tampoco que sea un equipo autoritario y rígido.
El espacio de los hermanos
Muy
importante también porque es un espacio en el que los niños aprenden a ser
amigos, enemigos, aliados, aprenden a apoyarse, a competir, a negociar. Es
importante que los padres les dejen este espacio a sus hijos y no intervenir en
exceso para ellos puedan ejercer su derecho a la privacidad. "Jesús
también dejaba espacio a sus discípulos para que tuvieran sus propias
iniciativas y conflictos", dice la hermana Glenda.
Roles y Status
También
hay que estar atentos a que los cónyuges sean un verdadero equipo directivo
y no se conviertan alguno de ellos en un hijo más, ni que los hijos se
conviertan en maridos o esposas. A veces, por ejemplo, se suele dar mucha
responsabilidad al hermano mayor y se le priva de algunos derechos de
independencia. O los padres, sin darse cuenta, valoran más a un hermano
que a otro.
Expectativas personales y
familiares
En
este punto se juega mucho la sinceridad y la humildad. "Si esperas que tu
esposa sea más cariñosa cuando llegas a casa, pídeselo, y si esperas que tu
marido te preste más atención, también pídeselo, sin dramas, con
humildad", señala la hermana. También hay que escuchar a los hijos, lo que
esperan los padres de ellos y viceversa.
Castigos y premios
Por
último la hermana Glenda habla de castigos y premios de toda la familia.
"Hay familias que premian con la atención de los hijos más comunicativos y
no escuchan a los menos comunicativos. Otras familias solo premian con cosas
materiales y no con caricias, algo mucho más importante", concluye.
M. S.
Fuente: ReligionConfidencial