La iniciativa Madre Ven peregrinará, junto a una talla de la Inmaculada bendecida en Éfeso, por todas las comunidades autónomas y gran parte de los santuarios españoles. «Le pedimos a la Virgen que toque muchos corazones»
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Inmaculada de Madre Ven. Foto Juan Tabar |
Al conocer esta iniciativa, varios laicos vinculados a
la diócesis de Getafe se sintieron interpelados por este gesto. «¿Por qué no
nos puede estar pidiendo la Virgen algo parecido para España? ¿No querría
regalarnos ella también su visita?», pensaron entonces.
A partir de ahí
«nos pusimos manos a la obra, pero siempre tratando de discernir si esto era un
anhelo de Dios o un anhelo personal de las cinco personas que nos habíamos
entusiasmado inicialmente», explica Ambrosio Arizu, uno de los laicos
impulsores. «A lo largo de estos meses, el Señor ha ido confirmando que es algo
querido por Él». No hay más que ver «cómo ha ido tocando el corazón de las
personas», señala. De hecho, a aquel pequeño grupo se han sumando
posteriormente otros 2.000 voluntarios.
La versión
española de aquella peregrinación francesa se llama Madre
Ven, partió el 1 de mayo desde la basílica del Pilar y recorrerá
gran parte de la geografía española. «El día 30 de abril los caballeros de la
Virgen de la basílica metieron a hombros a nuestra Madre en el templo y Ella se
quedó al lado de la Pilarica hasta el mismo 1 de mayo. Ese día, a las
09:30 horas, el arzobispo celebró una Misa y, a continuación, comenzamos
formalmente a caminar», detalla el impulsor.
En estas dos
semanas, la peregrinación ya ha recorrido cerca de 230 kilómetros y este mismo
jueves se espera que llegue a Pamplona. «En cada diócesis tenemos un
responsable que se encarga de organizar la etapa, de difundir la iniciativa y
de establecer los turnos para portar a la Virgen», explica Arizu a este
semanario tras completar la etapa Tudela-Valtierra. «La acogida en todos y cada
uno de los lugares por los que vamos pasando está siendo increíble. La gente
sale a la calle a ver pasar a la Virgen, tiran flores y cantan», detalla este
laico que, junto con su mujer, son los dos únicos que acompañan constantemente
a la imagen y tratarán de realizar la peregrinación a pie al completo.
De esta forma,
la Virgen, Arizu y su mujer pasarán por Loyola, Santo Toribio de Liébana o el
santuario de Covadonga, y esperan poder llegar a Santiago de Compostela el 25
de julio, momento especial para esta iniciativa, que aspira a rememorar la
visita de María al apóstol Santiago al comienzo de la cristiandad para animarle
en la tarea de la evangelización. «La idea es que la talla sea recibida por
Julián Barrio. Después continuaremos el camino visitando los principales
santuarios marianos de España, y terminaremos el 12 de octubre en el cerro de
los Ángeles».
Entre las
razones de Madre Ven, Arizu vuelve a referirse al apóstol al que le debemos la
fe en España. «¿Tú crees que estamos mejor de lo que podría haber estado
Santiago cuando marchaba desolado, desesperanzado, después de haber caminado
miles de kilómetros para venir a traer la buena nueva de la Resurrección de
Jesús?», se pregunta. Y acto seguido, responde: «Pensamos que por lo menos
estamos como Santiago entonces: desesperanzados, que necesitamos de aliento,
que necesitamos del empuje de una Madre». «Nada mejor podíamos hacer por España
estos días que pedirle a nuestra Madre que viniera. Tampoco nada menos», añade.
En este
sentido, Ambrosio Arizu espera que con la peregrinación «se transformen muchos
corazones». «Como le gusta decir al Papa, cuando la Virgen nos mira, cuando
miramos nosotros a la Virgen, Ella transforma nuestro corazón. Esto es lo que
le pedimos, que toque muchos corazones a lo largo de todos los kilómetros que
recorrerá por España», explica.
El primer
corazón que tocó, sin embargo, fue el suyo. Pero eso fue el principio de esta
historia, cuando el grupo impulsor de Madre Ven se quedó prendado de la imagen
de la Inmaculada que hay en la capilla de la adoración perpetua del Arzobispado
de Toledo. «Salíamos de visitar al arzobispo, entramos a saludar al Señor y nos
encontramos con una preciosa imagen de la Inmaculada niña», rememora Arizu.
Esta era la Virgen que debían llevar en peregrinación por toda España. Se hizo
la petición formal y «el arzobispo nos la ofreció con mucha generosidad», pero
«intentamos moverla y era absolutamente imposible». Pesaba demasiado. Así que
decidieron copiarla. «Llevamos un escáner para poder registrar toda la imagen,
para poder emularla de la manera más fidedigna posible e imprimirla en una impresora
3D».
Una vez acabada la réplica, el equipo promotor viajó a finales de abril hasta Éfeso, lugar al que, según la tradición, se trasladó María junto al apóstol Juan tras la crucifixión. «Hace más de 2.000 años la Virgen salió desde allí para irse a encontrar con Santiago, para renovarle en la fe, para indicarle el camino de la evangelización. Nosotros llevamos muchos meses pidiéndole a María que venga para que nos renueve como a Santiago. Así que fuimos nosotros hasta allí, a su casa, a reforzar este pedido: Madre ven, te necesitamos», asegura. En Éfeso la talla de la Inmaculada fue bendecida por los capuchinos que custodian la casa de la Virgen y, posteriormente, regresó hasta España para su peregrinación.
José Calderero
de Aldecoa
Fuente: Alfa y
Omega