Hasta el final
Hola,
buenos días, hoy Lety nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Ya por fin quedaba solo el último paso para dejar lista la ventana de la nueva celda de Joane: colocar los cristales. Los quitamos para poder pintar la ventana mejor.
Al colocarlos me he dado cuenta de que tenían restos de pintura, no mucha, casi estaban perfectos. Por un momento, he pensado que casi no se iba a notar... pero la vocecilla interior rápidamente me ha dicho: “Acaba bien el trabajo, hasta el final”.
Ese “casi bien” me estaba engañando. Casi no se nota, casi pasa, casi... ¡y cuánto encubre este “casi”! Cuando hacemos algo a medias, los primeros que nos quedamos mal somos nosotros mismos, nos quedamos con una frustración... y todo por no luchar hasta el final. La constancia es la voluntad continuada de hacer una cosa. Pero, ¡cómo cuesta ser constantes!, además nos vienen mil tentaciones para que tiremos la toalla y desistamos.
Jesús dice a sus discípulos cuando les envía a predicar: entrad en una aldea y, si os reciben, os quedáis; si no, os sacudís las sandalias y vais a otra aldea. Jesús no les dice que vuelvan a casa, les dice que sean contantes en la predicación del Reino, que las dificultades siempre estarán, que hay que ser valientes y luchar, ser constantes, porque el amor se aquilata en la constancia. Jesús no nos dice que seamos vencedores sino luchadores, la victoria es de Él.
Jesús nunca se cansa de ti, de apostar por ti. Él cree en ti, sabe lo que ha puesto en tu corazón y quiere que te levantes y vuelvas al camino. Él da su vida por ti, para que tú puedas tener vida.
Hoy el reto del amor es retomar ese trabajo, conversación o llamada que dejaste, y apostar por el amor. Cristo te da su fuerza para que no te rindas.
VIVE DE CRISTO
Fuente: Dominicas de Lerma