La
imagen del Jesús-niño en brazos de San José también contiene un importante
simbolismo. Cristo está representado como Salvador del Mundo que bendice a la
humanidad
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El
Papa Francisco y la imagen de San José que
regaló al seminario. Foto: ACI / Vatican Media |
El Santo Padre ha querido
agradecer a los formadores y seminaristas su acogida y les ha regalado una
imagen de San José hecha en madera.
Según un comunicado difundido
por la Sala de Prensa del Vaticano, la imagen responde a la iconografía de San
José “custodio silencioso” de Cristo.
En la imagen, San José sostiene en sus
brazos al Niño, mostrando cómo “en el seno de la Sagrada Familia asistió al
nacimiento de Jesús, lo tuvo en sus brazos, lo defendió de quien quería matarlo
y le ayudó a crecer colmándolo de afecto y enseñándole los principios
religiosos”. San José, “esposo de María, formó parte de una familia muy
especial: la Sagrada Familia”.
La imagen del Jesús-niño en brazos de San
José también contiene un importante simbolismo. Cristo está representado como
Salvador del Mundo que bendice a la humanidad. Al mismo tiempo, San José
sostiene en la mano derecha la vara que, milagrosamente, floreció de lirios
cuando los sacerdotes del Templo de Jerusalén tuvieron que elegir al esposo de
María entre los solteros de la tribu de Judá.
La imagen transmite a la perfección la
humildad de San José, su profunda espiritualidad, la importancia de su
“silencio” y su paternal actitud hacia Jesús. San José, se puede leer en el
simbolismo de esta imagen, es el “Custodio silencioso del Redentor”.
La entrega de esta imagen como regalo del
Papa al Seminario de Erbil se enmarca en el contexto del Año de San José
convocado por el Pontífice el pasado 8 de diciembre. El Santo Padre, en más de
una ocasión, destacó la importancia de los sueños de San José.
Para el Santo Padre, San José es “el hombre
de los sueños, pero no era un soñador”. San José “tenía los pies en la tierra y
dejó que la Palabra de Dios entrase en sus sueños, en su libertad, en su
corazón abierto. Comprendió y realizó aquel sueño. Sin fantasía, porque él no
era un soñador: era un hombre concreto”.
Fuente:
ACI