Tenía que reparar una figura de
marmolina. Había recibido un mal golpe, y se había partido por los pies. Sin
embargo, era una “fractura limpia”: las partes encajaban perfectamente. En
principio no tendría que suponer mucho problema... En principio.
Limpié las dos partes a unir,
busqué el pegamento instantáneo más potente que tengo y apliqué una capa muy
generosa. Junté las piezas, hice presión por unos segundos y... ¡click! En
cuanto solté, se separaron.
“Habré esperado poco tiempo...”,
me dije.
Volví a unirlas, conté 15
segundos y... ¡click! ¡Se separaron de nuevo! 30 segundos, 50 segundos... ¡Que
no había forma!
“Ponga solo una gota de
pegamento. La aplicación en exceso puede impedir que las piezas se unan”.
Vaya, hombre, eso se avisa
antes...
Limpié las piezas de nuevo y puse
una gotita minúscula, las uní y... ¡¡sí!! ¡Se pegaron de maravilla! Y todo
porque no me fiaba yo de que algo tan pequeño tuviera tanta fuerza...
Quien nunca duda de la potencia
que se esconde en lo pequeño es Jesús. Bien dice Él que una pizca de levadura
basta para fermentar toda la masa...
Parece que, para poder realizar
grandes cambios, necesitamos una gran estructura, una enorme preparación,
medios... y, visto así, ¿quién no se siente poca cosa?
Sin embargo, Cristo cuenta
contigo. No importa lo pequeño que seas, Él solo necesita tu sí... ¡y los
milagros los pone Él!
Sinceramente, a veces siento que
nunca podré realizar grandes proezas, ni me veo transformando la sociedad de la
noche a la mañana... pero sí que creo que Cristo lo va haciendo poco a poco,
uniendo nuestros pequeños “sí”, ¡hasta que fermente toda la masa! Al fin y al
cabo, necesitó solo 12 hombres para cambiar el mundo... ¡imagina lo que hará
ahora, que somos algunos más!
Hoy el reto del amor es realizar
un acto de amor. Puede ser hacer un favor a alguien, callar un comentario o
responder con una sonrisa. Tal vez te parezcan cosas demasiado pequeñas, ¡pero
es el “sí” que Cristo sueña de ti! Y, como dice un proverbio africano, “si te
sientes demasiado pequeño para marcar la diferencia, prueba a dormir con un
mosquito”. ¡Feliz día!
VIVE DE CRISTO
Fuente: Dominicas de Lerma