¿Cuáles son exactamente las
perspectivas de la disponibilidad de esta vacuna en África? En una entrevista
con Vatican News, el Padre Charles Chilufya explica las complicaciones de la
llegada de la vacuna Covid-19 a África. El padre Chilufya es el Coordinador del
Grupo de Trabajo para África de la Comisión Covid-19 del Vaticano, y el
Director de la Oficina de Justicia y Ecología de la Conferencia Jesuita de
África y Madagascar, también conocida como JCAM.
Antecedentes
Es necesario identificar y tratar
varias cuestiones tanto a nivel mundial como local para que el programa de
vacunación contra el Covid-19 en África tenga éxito.
La primera cuestión que el padre
Chilufya identifica es el suministro: "Los países ricos ya están comprando
más que los países pobres".
El segundo asunto que menciona
hace referencia a las patentes: "En estos tiempos de urgencia, las leyes
de patentes pueden entrar en conflicto con el suministro igualitario de estos
medicamentos en todo el mundo".
La cooperación internacional
también está en juego: "Las organizaciones internacionales, en particular
la Organización Mundial de la Salud, desempeñan un papel crucial en el fomento
de un entorno de cooperación internacional y en la aplicación del acceso
equitativo a los medicamentos a escala mundial".
Pero las cuestiones burocráticas
"predicen un futuro sombrío" en lo que respecta a la vacuna contra el
Coronavirus, afirma el padre Chilufya. Sin embargo, nuestro entrevistado nos
recuerda que la atención médica es un derecho definido en el artículo 25 de la
Declaración Universal de Derechos Humanos. "No es un privilegio para algunos,
sino un derecho para todos", enfatiza.
"La respuesta a los
problemas burocráticos puede hacerse a través de varios acuerdos
internacionales para que los medicamentos patentados y de costo prohibitivo
puedan ponerse a disposición de las poblaciones que no pueden permitirse los
altos costos".
Proporcionar alternativas
genéricas
Asimismo, el padre Chilufya
explica que un acuerdo regulado por la Organización Mundial del Comercio,
llamado el Acuerdo sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual
relacionados con el Comercio (ADPIC), también rige las licencias farmacéuticas
y médicas. Según la Organización Mundial de la Salud, el Acuerdo sobre los
ADPIC permite el uso de licencias obligatorias.
"Las licencias obligatorias
permiten a una autoridad gubernamental competente conceder una licencia de uso
de una invención patentada a un tercero o a un organismo gubernamental sin el
consentimiento del titular de la patente". Por lo tanto, los Estados
pueden expedir licencias para el desarrollo de versiones bioequivalentes y más
baratas de medicamentos, a menudo denominados medicamentos
"genéricos". La mayoría de los países africanos dependen de los
medicamentos producidos de esta manera. Es específicamente la Organización
Mundial de la Salud la que puede asegurar que estas "posibilidades en el
marco jurídico internacional están disponibles" en lo que respecta a la
vacuna Covid, dice el sacerdote.
Falta de recursos para la
producción de medicamentos
Aunque existan marcos jurídicos,
muchos países de África carecen de "recursos e infraestructura adecuados
para la producción de productos farmacéuticos".
En teoría, estos países pueden
hacer uso de la disposición de la Declaración de Doha de 2001 que les permite
"importar formas genéricas de medicamentos de países con capacidad de
desarrollo", explica el Padre Chilufya. Sin embargo, a pesar de esta
Declaración, las implementaciones no se han llevado a cabo.
Además, nuestro entrevistado cita
a Rwanda, el único país africano que ha utilizado este plan. No obstante, el
proveedor abandonó la empresa poco después de que se iniciara porque no se
habían generado suficientes beneficios.
La dinámica de los poderes internacionales
"La amenaza que pesa sobre
el suministro de la vacuna del Covid-19 y sobre las prestaciones sanitarias
para los países pobres como los de África" se ve exacerbada por "la
dinámica de poder que se desarrolla a nivel mundial y estatal", prosigue
explicando el sacerdote. "Es obvio que los países que pueden permitírselo,
se asegurarán primero de que la vacuna sea suministrada a sus propios
ciudadanos".
Por lo tanto, el padre Chilufya
predice que es poco probable que la vacuna llegue a los países más pobres en un
futuro próximo. Además, señala que "los países pobres se inclinan
fácilmente hacia los intereses de los estados más poderosos". Cita el
ejemplo de la India, cuyo gobierno suavizó las restricciones a la exportación
de hidroxicloroquina el pasado mes de abril después de que los Estados Unidos
amenazaran al país con sanciones.
Distribución mundial
Otra realidad que afectará muy
probablemente a la distribución mundial de la vacuna son los "intereses
nacionales individuales y el poder de algunos estados sobre otros". Y aquí
es donde el Papa está pidiendo una reforma", afirma el padre Chilufya. Los
países que tienen "bajo poder de negociación" necesitan la ayuda de
la Organización Mundial de la Salud y de otras organizaciones internacionales,
como la Iglesia Católica, para ayudarles.
De lo contrario, "es difícil
imaginar que la vacuna se distribuirá equitativamente" cuando ya hay
ejemplos de regiones y naciones que bloquean la exportación de suministros a
pesar de que la Organización Mundial de la Salud ha "hecho un llamamiento
mundial para que se compartan los recursos para combatir el virus mortal".
Colaboración para poner fin a la
pandemia
Para proteger la salud pública en
todo el mundo, es necesario ayudar a los países en situación desesperada. Esto
requiere colaboración, subraya una vez más el padre Chilufya.
"Si la enfermedad no se
trata en África, afectará a otros países. Como todos sabemos, no se trata de un
problema local. Es un problema de salud pública de proporciones mundiales. Las
instituciones internacionales que protegen los derechos de salud deben, por lo
tanto, desarrollar un enfoque más intervencionista para garantizar la igualdad
de acceso a los medicamentos, fomentando directrices universales y mecanismos
de cooperación mundial".
"En lugar de utilizar la
interdependencia de las naciones como herramienta de negociación, los estados
deben reconocer una causa mayor y trabajar por el bien común de poner fin a la
pandemia a nivel mundial. Esta pandemia podría brindar la oportunidad de crear
un sistema de salud mundial más cooperativo en el futuro", concluye.
Hermana Bernadette Mary Reis -
Ciudad del Vaticano
Vatican News