Muchas tiendas y centros comerciales se encuentran decorados con motivos navideños; sin embargo, ¿a partir de cuándo se deben armar en casa el pesebre y el árbol de Navidad?
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Imagen referencial / Crédito: Unsplash |
Explicó que tanto el pesebre como
el árbol suelen estar presentes en las casas hasta la Epifanía, en el que se
recuerda la visita de los reyes magos al Niño Jesús en Belén. Epifanía
significa “manifestación” en griego, en el sentido de que Dios se revela y se
da a conocer.
El P. Juan Carlos Vasconez, doctor en Teología Moral por la Universidad de la Santa Cruz (Roma) y director del apostolado “10 minutos con Jesús-América Latina”, coincidió con que los fieles “tienden a instalar el belén o nacimiento hacia el primer domingo de Adviento”.
Sin embargo, respecto al día en
que deben guardarse los objetos, comentó a ACI Prensa que los católicos también
suelen hacerlo “al terminar el tiempo de Navidad, el domingo siguiente a la
Epifanía, es decir, en la Festividad del Bautismo del Señor”.
Sobre las decoraciones que ya se
ven en las calles, antes de Adviento, el coordinador de la Comisión de Liturgia
de la Arquidiócesis de Vitória (Brasil), el P. Rodrigo Chagas, explicó que
muchas personas se dejan llevar por la moda, especialmente en el comercio, que
se anticipa a todo, ya que necesitan más tiempo para realizar sus ventas. “Como
nuestro objetivo es Cristo, no necesitamos tener tanta prisa para montar el
árbol de Navidad y decorar la casa”, señaló.
“Lo que nos distingue, cristianos
católicos, es que tampoco deberíamos decorar todo el mismo día. Es necesario
comenzar el primer día de Adviento y, a medida que se acerca la Navidad,
decoramos cada vez más nuestra casa hasta que llega la gran noche en que nace
entre nosotros Cristo el Señor”, añadió.
El P. Rodrigo dijo que durante el
Adviento “debemos estar recogidos en la oración”; y “en relación con los
adornos, ese momento de la decoración del hogar, hay que vivirlo todos los
domingos”.
Significado de la preparación del
nacimiento
El Directorio para la Piedad
Popular y la Liturgia, publicado en 2002 por la Congregación para el Culto
Divino y la Disciplina de los Sacramentos, señala que la preparación del
nacimiento es “una ocasión para que los miembros de la familia entren en contacto
con el misterio de la Navidad, y para que se recojan en un momento de oración o
de lectura de las páginas bíblicas referidas al episodio del nacimiento de
Jesús”.
Significado de la preparación del
árbol de Navidad
El mismo documento precisa que,
“independientemente de su origen histórico, el árbol de Navidad es hoy un signo
fuertemente evocador, bastante extendido en los ambientes cristianos; evoca
tanto el árbol de la vida, plantado en el jardín del Edén (cfr. Gn 2,9), como
el árbol de la cruz, y adquiere así un significado cristológico: Cristo es el
verdadero árbol de la vida, nacido de nuestro linaje, de la tierra virgen Santa
María, árbol siempre verde, fecundo en frutos”.
“El adorno cristiano del árbol,
según los evangelizadores de los países nórdicos, consta de manzanas y dulces
que cuelgan de sus ramos. Se pueden añadir otros ‘dones’; sin embargo, entre
los regalos colocados bajo el árbol de Navidad no deberían faltar los regalos
para los pobres: ellos forman parte de toda familia cristiana”, añade el texto.