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Foto: CEE |
A los obispos les parece la situación sobre la
pandemia "preocupante". En medio de esta situación "se nos
convoca a la unidad pero son lanzadas muchas
piedras de división que provoca perplejidad", señaló
Argüello.
Por esta razón, los obispos hacen de nuevo un
llamamiento a los políticos a hacer esfuerzos por el dialogo y el
acuerdo.
Sobre las negociaciones entre la Comunidad de Madrid y Ministerio de Sanidad y
preguntas posteriores de los periodistas, destacó que estas diferencias están
relacionadas con disponer de "verdaderos equipos de profesionales,
científicos independientes para que tuvieran una voz más
alta".
Ante esta situación que produce
"perplejidad", el secretario general de la CEE destacó que en la
sociedad y entre los políticos, se está produciendo una "cultura del
enfrentamiento para afirmar cada uno lo propio", sin atender al bien
común.
En esta línea, dijo que para la Iglesia
Católica "la participación en la Eucaristía es algo esencial" y
sobre la restricción en los templos, a los obispos el criterio de
proporcionalidad (limitar el aforo según la dimensión del templo) les parece
más adecuado que fijar un número como 25 personas.
Sobre la ley de Memoria Democrática
También, a preguntas de los periodistas sobre
la Ley de Memoria Democrática, a los obispos les parece grave algunos aspectos
de la ley como "el querer
escribir una especie de historia oficial y que esa historia quiera luego hacerse además pauta
educativa en una suerte de vieja formación del
espíritu nacional que algunos estudiamos".
Argüello volvió a repetir: "es una
enmienda al acuerdo de transición democrática. En los años 70 yo estaba próximo a la Junta Democrática
encabezada por el partido comunista de España. Esta Junta
gritaba por las calles amnistía y reconciliación. El corazón de la propuesta
era de reconciliación", recordó como anécdota, aludiendo al espíritu de
reconciliación que debería primar en este momento.
Respecto a la resignificación del Valle de los Caídos y expulsar a los monjes
benedictinos, el portavoz de la Conferencia Episcopal
argumentó que hablar de los cementerios civiles es "anacrónico",
porque muchos cementerios parroquiales están cedidos a los ayuntamientos, en
donde están "enterrado creyentes y no creyentes".
Por otra parte, en alusión al derribo de la
Cruz del Valle dijo: "Creemos que
la Cruz es un signo de reconciliación, donde murió una
víctima. Nos parece que en ese lugar incluso, resignificado sigue habiendo una
Basílica Pontificia en la que se ore por el eterno descanso de los difuntos y
que sea una referencia de esperanza. Si hay Basílica y hay Cruz es importante
que haya una comunidad que mantenga esa Basílica. Queremos vacunarnos ante toda cultura de
enfrentamiento entre bandos".
Otro de los asuntos que también respondió a los
medios de comunicación fueron acerca de las reuniones con la vicepresidencia
del Gobierno y el equipo de
trabajo que se ha creado en el seno de la CEE para
estudiar los asuntos que les preocupa al gobierno social-comunista: IBI,
régimen fiscal, inmatriculaciones. Adelantó que en el mes de octubre mantendrán
otro encuentro con la vicepresidenta del Gobierno.
"Para la Iglesia estamos ante una
situación difícil. La Iglesia quiere ser signo de reconciliación pero observa
también tensiones ideológicas en su propio seno. No
puede mirar hacia otro lado cuando se ponen en juego la dignidad de la vida
humana o la libertad de enseñanza o la suerte de los temporeros de inmigrantes
o la situación de residencias de mayores o familias más afectadas",
expresó Argüello.
Respecto a la tensión en
el seno de la Iglesia, que algunos periodistas no
comprendieron, explicó: "división dentro de la Iglesia por aspectos
ideológicos: tensión entre la fe y la ideología. Distintas miradas sobre la
realidad y distintos planteamientos sobre la economía y la política. En la Iglesia
formamos parte personas con perspectivas diferentes. El problema es cuando la
fe se quiere poner al servicio de la ideología. Esa situación provoca tensiones
interiores. Pero siempre es posible el acuerdo desde la fraternidad. Pero si la
ideología es la que está presente, la tensión irá más allá de lo reconocible. Cuando nos tachan de blandos a los obispos, es
debido a que evitamos entrar en la cultura del enfrentamiento".
Por último, sobre su encuentro con el Papa,
confesó que vivió una "experiencia singular extraordinariamente
enriquecedora. De ese encuentro, me llevo la fuerte llamada del Papa a la
salida misionera" y contó una anécdota: "El Papa me dijo: oye chico,
cuando te jubiles ven a jugar el equipo de futbol de aquí porque gambeteas muy
bien a los periodistas. Me hizo gracia y me supuso un reconocimiento. El Papa
te pone cara y te hace un chiste".