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“¿Es esto
solo un acontecimiento aleatorio o hay algo más en juego? ¿Es todo parte del
plan de Dios? O, a un nivel más mundano, ¿puede esta experiencia enseñarnos
alguna verdad sobre la humanidad?”, son las preguntas que hizo el Pew Research
Center en una encuesta realizada entre población adulta de Estados Unidos el
pasado mes de julio.
Las preguntas
que el Centro hizo a la gente fueron: “¿Cree que hay una lección o un conjunto
de lecciones que la humanidad debe aprender del brote de coronavirus?” Si, es
así, “¿Cree que estas lecciones fueron enviadas por Dios, o no?”
En general,
86 de cada 100 adultos estadounidenses piensan, según la encuesta del Pew, que
sí hay alguna lección o un conjunto de lecciones que la humanidad debe aprender
de la pandemia, mientras que poco más de un tercio de la población adulta (35
por ciento) cree que las lecciones que debemos aprender son mensajes de Dios.
El resto dice
que las lecciones no fueron enviadas por Dios (37 por ciento), no creen en Dios
(13 por ciento) o no hay lecciones que aprender (13 por ciento).
Las
respuestas que dieron los estadounidenses sobre Dios y la religión, pueden
reunirse en algunos testimonios recogidos durante esta encuesta nacional de
julio pasado.
“Debemos humillarnos ante Dios. Debemos mirarlo a Él como Dios y arrepentirnos de nuestra arrogancia, ignorancia y desprecio por nuestro Santo Dios. Deberíamos clamar por nuestra salvación», expresó una mujer de 54 años, mientras que un joven de 19 años dijo: «Necesitamos orar más y orar más».
Por su parte, una mujer de 66 años de edad expresó lo siguiente: “Necesitamos aprender que la vida de cada persona es un regalo precioso de Dios. Debemos aprender a amarnos los unos a los otros. Si tu fe en nuestro Padre Celestial no te convence de amar a todas las razas, no estás realmente sirviéndole” “Aprovecha este tiempo para conocer mejor a Dios. Recibe como regalo este tiempo de menor actividad y sumérgete en la contemplación tranquila para el crecimiento espiritual personal. Desarrolla gratitud en medio de la situación actual. Ora por los enfermos y los desempleados”, reflexiona un hombre de 57 años.
Jaime Septién
Fuente: Aleteia