
En esta ocasión ha sido el propio arzobispo de
Madrid, el cardenal Carlos Osoro, el que ha oficiado junto a varios
sacerdotes los bautizos de estos bebés, cuyas madres estaban emocionadas y
orgullosas. Además, muchas
de estas mujeres se están preparando igualmente para ser bautizadas.
14 niños bautizados, pero debían
ser 23
En esta celebración se bautizaron 14 de estos niños, aunque en realidad en la lista
eran 23. Sin embargo, las normativas sobre el coronavirus han dejado a
varias de estas mujeres en aislamiento en espera de los resultados de sus
análisis PCR. “Esas madres han
seguido cinco meses de catequesis. Tienen miedo de que no puedan
bautizarlos, que nos confinen otra vez”, asegura Marta Velarde.
Sobre este acto,
esta mujer entregada a la causa provida recuerda que “a la entrada Don Carlos se quedó hablando con los
Rescatadores Juan Pablo II y los voluntarios de MásFuturo. Una de las
madres lo vio, se quiso hacer una foto con él. Sabía perfectamente quien es
Está muy ilusionada, se llama Rita. Ha tenido una vida dura, 4 abortos a sus
espaldas. Ella misma se quiere
bautizar en un año. Sigue todas las catequesis sin faltar. La madrina de
sus niños es una voluntaria de MásFuturo, María. En la asociación queremos
mucho a Rita. Un día preguntó si se podía confesar antes del bautismo. Nos
quedamos pensando el daño irreparable que deja el aborto”.
Durante la celebración alguna madre ofreció su
testimonio. Las demás escuchaban en silencio, no queriéndose acordar de que se
plantearon que su amado hijo no viviera. Pero el domingo era un día feliz, muy
feliz.
Historias impresionantes de
rescates
Velarde cuenta algunas de las historias de estas
chicas que acaban de bautizar a sus hijos rescatados.
Una de ellas era Patricia, que se dirigía directa
al abortorio, tenía otras dos niñas. “Se acababa de quedar en paro, su pareja y
padre de sus hijos no quería otro más. En las cercanías del abortorio había un
silencio que impresiona. Dos
rescatadores, Marcia y José Antonio se acercaron para darla un folleto de
ayudas, bastante lejos de las puertas del abortorio. Marcia hablaba bajo, y
Patricia casi no la oía. Se quedó mirando el folleto, y les dio su teléfono. Se
dio media vuelta. No entró. Ese mismo día hablamos por teléfono”, explica.
Esta mujer fue sola a reunirse con la asociación
provida. “En seguida nos comentó –indica Marta- que es su pareja la que la
presionaba para abortar. Cuando la vino a buscar, le indique que entrase para
hablar. Solos en el despacho sin miramientos hablamos duro. Ese bebé merecía
todo. Muy enfadado salió del despacho y se fueron. Unas voluntarias me comentaron
que Patricia se volvió sonriendo. Al día siguiente me llamó para decir que
seguía adelante con su bebé. Ahora
los dos están locos con esta niña de ojos azules como su madre. Al padre le
cuesta mantener la mirada cuando se cruza durante la ceremonia”.
Otra de estas madres es Dilenia, que iba con el padre de su niña al abortorio Isadora. Señala Velarde que “tenían cita para abortar. Estaban muy serios los dos. Cuando dos rescatadores Juan Pablo II hablaron con ellos, Dilenia rompió a llorar. Entró en el abortorio y al cabo de bastante tiempo salió.
La policía pasó y paró. Los rescatadores están
acostumbrados a que les pidan la documentación sin ningún motivo. Incluso a los
5 minutos de llegar a cualquier abortorio. Dilenia se detuvo dónde estaban y les da su número de teléfono.
El día que vinieron a la asociación MásFuturo todo fue muy fácil. Han
pasado muchos meses. Hemos hablado mucho. Ahora ellos se quieren casar, y
quieren borrar de su cabeza que en algún momento se planearon abortar a su
hija. Le han comprado un traje precioso para su bautismo. Un día Alberto, el
padre, mirando a su niña se puso a llorar: ‘me siento mal pensando en lo que
iba hacer’ y coge a su niña y ya no la suelta”.
Fuente: ReL