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El obispo Vicenzo Paglia junto al Papa Francisco - AFP |
El obispo Paglia ha agradecido al ministro Speranza la tarea que le ha
encomendado: «La Comisión representa una valiosa herramienta destinada a
favorecer una transición desde la atención en residencias a una eficaz
presencia en el territorio a través de la atención domiciliaria, el apoyo a las
familias y la telemedicina. La esperanza es que Italia, uno de los países más
longevos y ancianos del mundo, pueda mostrar un nuevo modelo de asistencia
sanitaria y social que ayude a las personas mayores a vivir en sus hogares, en
su hábitat, en el tejido familiar y social».
La noticia ha llamado poderosamente la atención, pues no es habitual que un estado laico encomiende a un obispo presidir una importante comisión para reformar la asistencia a los ancianos y la ayuda a sus familias. La iniciativa es un reflejo de la importancia que el Gobierno da a la familia. Igualmente, se pone de relieve la colaboración que existe entre el Ejecutivo de centro-izquierda de Conte y la Iglesia.
Tal colaboración ha sido notable durante la emergencia Covid y en el problema
de la inmigración. Aplauden el nombramiento del obispo Paglia diversos líderes
políticos, como la subsecretaria de Sanidad, Sandra Zampa, del Partido
Democrático: «Hoy llega una buena noticia para los que llevamos mucho tiempo
pidiendo una reflexión y una reforma del sistema de atención a las personas
mayores. Gracias al ministro Roberto Speranza por haber creado la Comisión».
Monseñor Paglia, como «ministro» del Vaticano para la familia, ha hecho
advertencias muy claras y comprometidas, durante la emergencia Covid-19, sobre
cómo debe ser la atención sociosanitaria para los ancianos: «Las residencias de
ancianos ni siquiera estaban
funcionando bien antes de la pandemia. Debemos trabajar para
favorecer la convivencia entre los ancianos, mejorar su vivienda y las
experiencias de los hogares familiares pequeños, así como ayudar a las familias
para que puedan mantener a nuestros abuelos y padres en casa», dijo el obispo
Paglia al «Avvenire».
Monseñor Paglia se mostró crítico hacia ciertas residencias, en una
entrevista al periódico de los obispos: «El tema de las casas de reposo lo
llevo en el corazón. Yo diría que la definición ya es engañosa. Son más bien "casas de fatiga",
donde a menudo el vivir suele ser duro y pesado. Es cierto que responden a una
necesidad real y en muchas de ellas se atiende a las personas mayores con mimo
y atención. Y también hay virtudes en los voluntarios. Pero lo que está pasando
en las residencias de ancianos en esta época de coronavirus muestra la urgencia
de repensar toda la perspectiva del cuidado de las personas mayores».