Entrevista
al padre Arturo Sosa, Prepósito General de la Compañía de Jesús con ocasión de
la memoria litúrgica de San Ignacio de Loyola
En
relación a la crisis sanitaria actual expresó: “tenemos que realmente organizar
estrategias para cambiar estructuras políticas y sociales que hagan posible
enfrentar epidemias y que podamos realmente humanizar nuestra vida”.
Ayer
31 de Julio, día que se conmemora la memoria litúrgica de San Ignacio de
Loyola, el Propósito General de la Compañía de Jesús, padre Arturo Sosa se
entrevistó con Vatican News y ser refirió a la espiritualidad ignaciana en el
mundo de hoy, la crisis sanitaria por el COVID-19, el discernimiento en la vida
social y política, la situación de América Latina, entre otros temas.
La espiritualidad
ignaciana hoy
Según
el Padre Sosa, la piedra angular de la espiritualidad ignaciana en la misión de
la Compañía de Jesús “es el encuentro personal y profundo con Jesucristo, el
Crucificado, resucitado. Y esa experiencia lleva a una tal familiaridad con
Dios que uno se hace capaz de encontrar a Dios en todo momento y en todas las
cosas.” De este modo, “ese encuentro con Jesús se convierte entonces en una
experiencia liberadora por la cual se adquiere la libertad interior, que es la
condición para ser guiado por el Espíritu Santo y, por tanto, hacerse
disponible a hacer solamente la voluntad de Dios” afirmó el Prepósito General.
Una libertad que, según el Padre Sosa, hoy día es indispensable ya que “el
mundo está cambiando muy rápidamente y si no somos libres frente lo que hacemos
y somos en este momento, no podremos dar los pasos hacia el futuro”.
Discernimiento ignaciano
como guía en las elecciones políticas, sociales y económicas
Profundizando
sobre la crisis sanitaria actual y los jesuitas en el mundo, el padre Sosa
expresó: “los jesuitas, los compañeros y compañeras en la misión estamos
experimentando las mismas pruebas de toda la población que está padeciendo la
epidemia, sobre todo, las consecuencias sociales de esta epidemia y las consecuencias
políticas y económicas”. Reconoció que la pandemia “pone de manifiesto las
debilidades de la estructura social y política en la que vivimos”, afirmando
que “se superará de algún modo el problema de salud, pero quedarán
consecuencias políticas, económicas y sociales, y que ni siquiera nos
imaginamos en este momento y que ya empezamos a experimentar.”
Al
mismo tiempo, el Prepósito General destaca que “esta experiencia es una
confirmación del discernimiento que se hizo a las preferencias apostólicas universales,
y de la misión que hemos recibido del Santo Padre para llevarlas adelante”.
Estas preferencias apostólicas fueron publicadas el año pasado, y son fruto de
un proceso de discernimiento que ha durado casi dos años y que ofrecen un
horizonte, un punto de referencia para toda la Compañía de Jesús. Las
preferencias son: mostrar el camino hacia Dios, caminar con los excluidos,
acompañar a los jóvenes en camino, y cuidar de la Casa Común.
Situación actual de
América latina
En
referencia a la situación que se está viviendo en América Latina, el padre Sosa
expresó: “comparto plenamente el inmenso dolor de tanta gente que está
sufriendo las consecuencias sea porque han perdido familiares, sea porque han
perdido personas amigas, sea porque están padeciendo la enfermedad, sea porque
no tiene acceso a las estructuras que los puedan curar o porque han perdido su
trabajo, porque no ven posibilidades de futuro”. Al mismo tiempo, afirmó que
“no queremos un mundo así, no queremos un mundo donde siempre los pobres son los
que pagan la factura y para ello tenemos que realmente organizar estrategias
para cambiar estructuras políticas y sociales que hagan posible enfrentar
epidemias, que siempre tendremos en un modo distinto, y que podamos realmente
humanizar nuestra vida”.
Vocaciones y participación
de los laicos
A
la pregunta sobre las vocaciones en la Compañía de Jesús, el Prepósito
contestó: “siempre hay jóvenes generosos que aceptan esta invitación a formar
parte de este cuerpo”. Especialmente “hay un crecimiento muy grande en algunas
zonas de Asia, Asia meridional y en todo el continente africano, donde hay
muchísimos jóvenes que encuentran en la Compañía un ideal de vida” reconoció.
Sin
embargo, “ciertamente el gran cambio que ha habido en los últimos 50 o 60 años
es la participación de laicos y laicas y otros religiosos o religiosas en la
misma misión, y el estilo como lo hemos venido haciendo desde la compañía”
destacó Sosa. Al mismo tiempo, expresó que “en este momento sería impensable el
trabajo de la Compañía de Jesús, la misión apostólica, sin los miles y miles de
laicos y laicas que participan en las escuelas, centros sociales, centros de
espiritualidad, proyectos de pastoral Juvenil”.
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del Vaticano
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