El país africano ha
construido un puente de ondas invisibles para acercar a los niños la alegría
del Evangelio: ese rincón de hojas vivas donde está escrita, de principio a
fin, la vida de Jesús
El
equipo que ha hecho posible el programa de Radio María.
Foto:
Benno Kikudo
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En Tanzania, un territorio
situado en la costa este de África Central, también ha entrado el COVID-19. Sin
embargo, aquel país ha construido una barrera irrompible entre el miedo y la
paz.
Se trata de un programa de
radio donde los niños pueden compartir todos los detalles de su fe... «Cuando
llegó el coronavirus a Tanzania, todas las escuelas y universidades se
cerraron. Y aquí no hay suficientes juegos en casa para los niños. Fue una
experiencia traumática», cuenta el padre Beno Kikudo, responsable de catequesis
de la archidiócesis tanzana de Dar es-Salaam (la ciudad más poblada del país).
Ante esta mirada, la
Conferencia Episcopal de Tanzania (TEC), de la mano de Radio María, planteó
abrir una puerta a la esperanza mediante un programa radiofónico dedicado al
Catecismo. «Había muchas lagunas en las enseñanzas catequéticas», descubre
desde allí el padre Beno, «y los catequistas no son suficientes en algunas
partes de las diócesis que están en zonas remotas». Este programa, dice el
sacerdote, «ayudará a que los niños aprendan catequesis desde casa».
Cada familia «puede
permitirse comprar una radio simple», puesto que «no todos los niños viven en
familias que tienen televisión o conexión a internet». Y estos programas
–que ya han comenzado a emitirse desde la diócesis de Dar es-Salaam–
«estarán disponibles para todas las familias en Tanzania», explica Kikudo.
«Cubre el 50 o 60 % del
país»
La cita tiene lugar todos
los sábados, en suajili, que es la lengua oficial de Tanzania, hablada por el
95 % de la población. «Un detalle –como asegura el padre Beno– que nos ha unido
a todos». Porque cuando todos hablamos el mismo lenguaje, la palabra se hace
más cercana, más humana, más hermana. «Ahora contamos con diez catequistas,
aunque vamos a añadir diez más de otras diócesis. El programa es interactivo,
en vivo, y hablamos de catequesis, cantamos y los niños hacen preguntas a los
catequistas».
La audiencia de Radio María
en Tanzania «es sorprendente». Como todo lo de Dios. «Radio María cubre el 50 o
60 % del país», relata el sacerdote, que no es capaz de disimular su emoción
mientras lo revela. «Tiene oyentes en aldeas interiores y en zonas remotas. Y
es muy popular entre los católicos».
Y el sueño se hizo realidad
El día 15 de junio, el
sueño se hizo realidad. Acompañado por el secretario de la Conferencia
Episcopal de Tanzania, el padre Beno percibió, una vez más, cómo Dios da la
capacidad de soñar cuando su plan está construido sobre el amor. «Los niños
hablaron libremente con los oyentes, y explicaron cómo había sido su
experiencia desde casa durante la pandemia».
Maria Elizabeth Gembe y
Renatha Byarugaba, de 12 y 13 años, respectivamente, fueron las primeras
valientes que abrieron el programa. Sus voces, que se convirtieron en la banda
sonora de Tanzania, consiguieron hacer más pequeño ese miedo que, por momentos,
se asoma por la ventana de los niños tanzanos. «María y Renatha contaron cómo
pasaron aquel momento tan difícil, jugando, ayudando en las tareas domésticas,
haciendo los deberes…».
La vida «no era fácil para
ellas», dice el sacerdote y coordinador de este programa que permite a otros
niños hacer preguntas, y a los catequistas responder a todo tipo de
curiosidades infantiles. «A los niños les encanta la radio; y aunque al
principio ellas estaban muy nerviosas, después –cuando vieron por allí a varios
sacerdotes y monjas– se dieron cuenta de que es un mundo muy divertido, y
aquello les animó a continuar».
Carlos González García
Fuente: Alfa y Omega