Sin
una legislación adecuada -dicen los obispos- no se impedirá a las
empresas transnacionales llevar a cabo evasión fiscal, abusar de los derechos
humanos, infringir las leyes laborales y destruir ecosistemas enteros
Mujeres indianas. (Copyright by MaxPixel) |
Varios
líderes de la Iglesia Católica firman la Declaración de los Obispos que exige a
los Estados que detengan urgentemente el abuso corporativo en curso mediante la
introducción de legislación vinculante para regular sus actividades y hacerlas
responsables por ley. La declaración permanecerá abierta para recoger aún más
firmas.
Más
de 110 obispos de los cinco continentes han firmado un comunicado, publicado
hoy a través de la CIDSE - una red católica de solidaridad que incluye a muchas
ONG de todo el mundo - en el que hacen un llamamiento a los Estados para que
pongan fin urgentemente a los abusos infligidos por las multinacionales,
introduciendo legislación vinculante a nivel nacional, pero especialmente a
nivel internacional y regional, para regular sus actividades, para que sigan
los valores de la dignidad y la justicia y para que respeten los derechos de
las personas y el medio ambiente.
Sin
una legislación adecuada -dicen los obispos- no se impedirá a las
empresas transnacionales llevar a cabo evasión fiscal, abusar de los derechos
humanos, infringir las leyes laborales y destruir ecosistemas enteros.
Especialmente ahora, cuando la crisis generada por la propagación de la
pandemia de coronavirus "ha agravado la situación, principalmente en
detrimento de las comunidades más vulnerables que ya carecían de protección
social". "Esta pandemia" - subrayan los prelados - "ha
puesto al descubierto nuestra interdependencia y ha desatado el caos en las
cadenas mundiales de suministro que unen las fábricas a través de las
fronteras, mostrando nuestra dependencia de trabajadores vulnerables que
realizan un trabajo esencial en todo el mundo".
La
declaración, en la que se acogía con satisfacción el anuncio del Comisario de
Justicia de la UE, Didier Reynders, de la elaboración de una "legislación
de la UE sobre derechos humanos obligatorios y la debida diligencia ambiental
para las empresas", así como una contribución "al Acuerdo Verde
Europeo y al plan de recuperación de la UE posterior a la Conferencia de Copenhague",
alentó finalmente a las Naciones Unidas a hacer lo mismo y a elaborar un
Tratado sobre los derechos humanos y las empresas. Dicha declaración, fue
firmada por varios líderes de la iglesia de países como India, Myanmar, Uganda
y Colombia, donde las comunidades se han visto afectadas por las acciones
irresponsables de las empresas transnacionales. Al mismo tiempo, muchos obispos
de Europa (Austria, Bélgica, Francia, Alemania, Italia, Luxemburgo, Portugal,
Suiza, Países Bajos) también agregaron sus firmas, enviando un fuerte mensaje
de que Europa debería asumir su responsabilidad.
Anna
Poce – Ciudad del Vaticano
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