HOY EL RETO DEL AMOR ES VOLVER

Previsión de amor

Hola, buenos días, hoy Sión nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.

Por las mañanas, cuando empezamos el tiempo de trabajo, durante los primeros 20 minutos una hermana lee en voz alta algún libro de espiritualidad. Desde hace unas semanas estamos leyendo uno sobre las fiestas judías, escrito por un sacerdote para ayudar a entender mejor las fiestas cristianas.

La verdad es que el libro está lleno de detalles curiosos. Uno me ha llamado mucho la atención.

Según una antigua tradición judía, antes de la fundación del mundo, Dios creó algunas cosas: el trono de su gloria, el nombre del Mesías... y un elemento muy importante: la “teshubá” (literalmente, “retorno, conversión”).

Es decir, sabiendo que el hombre pecaría, el Señor creó de antemano la posibilidad de que el hombre retornase a Él.

En otras palabras: antes que al hombre, Dios creó la conversión, ¡se comprometió a tener misericordia! Ese es el inicio de los inicios del ser humano: un Dios que crea por puro amor y, sabiendo que va a ser traicionado, promete por amor siempre acogerle cuando regrese.

Esto me ha llevado a orar mucho: el mismo hecho de poder volver al Señor, ¡es ya un don, un regalo! ¿Te imaginas lo que sucedería si no existiese esa posibilidad?

Antes de tu primera metedura de pata, Cristo se ha comprometido a no alejarse de ti. Te tiende la mano para que puedas levantarte. No podemos decepcionarle, ¡pues sabe de antemano que somos muy pequeños y frágiles! Y, sabiéndolo, nos ama. Así, como eres y como estás. Él no se asusta de tus fracasos, cuenta con tus errores; solo espera que te vuelvas a mirarLe para que descubras que Sus ojos nunca se han apartado de los tuyos.

Hoy el reto del amor es volver. Si a lo largo del día metes la pata, te sale el mal humor o pierdes la paciencia, ¡no te quedes caído! No dejes que te ate la tristeza: vuelve tu mirada a Cristo, descubre que Su amor sigue apostando fuerte por ti. Levántate, restaura la convivencia y... ¡a seguir caminando! ¡Feliz día!

VIVE DE CRISTO

Fuente: Dominicas de Lerma