HOY EL RETO DEL AMOR ES DAR GRACIAS POR ALGO PEQUEÑO

Objetivo: cambiar el mundo

Hola, buenos días, hoy Sión nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.

El otro día estaba leyendo un artículo. En él se hacía referencia a una entrevista que el autor había realizado a un alto cargo del ejército americano. El periodista le preguntó:

-¿Qué hay que hacer para cambiar el mundo?

A lo que el militar contestó:

-Si realmente quieres cambiar el mundo... -pausa meditada, creando expectación- entonces, haz tu cama todas las mañanas.

Imagino que se te habrá quedado la misma cara que se me quedó a mí. En fin, yo no pude evitar una sonrisa condescendiente, mientras pensaba: “Es broma, ¿verdad?”

Llena de curiosidad, seguí leyendo la explicación. Este hombre argumentaba que, hacer la cama por la mañana, es la forma de comenzar la jornada “haciendo algo bueno, haciendo algo bien. Y, si ya has comenzado haciendo algo bueno, puedes continuar el día actuando así, ¿no?”

Admito que me sorprendió. Gracias a la insistencia de sor Puri (la más mayor de la Comunidad), llevo ya bastante tiempo haciéndome la cama antes de bajar al coro por las mañanas. Pero, lo reconozco: jamás me ha parecido un acto heroico. Ni siquiera “bueno”. Es, simplemente, rutinario.

Pero aquel artículo me abrió los ojos. Solo porque es un acto sencillo, pequeño... ¡no lo estaba valorando!

En la oración, el Señor me trajo a la mente la importancia que da Él a las cosas pequeñas: en el Evangelio habla de semillas, de pájaros, de flores... y no despreció unos pocos panes, sino que, a través de ellos, sació a la multitud.

Entonces entendí que un pequeño acto bueno es como una semilla: por ser diminuta, se nos puede pasar desapercibida... pero, si la conservamos en el corazón, ¡crece hasta convertirse en un gran árbol en el que pueden anidar los pájaros!

Los grandes héroes no surgen de repente, sino que se fueron entrenando en actos pequeños, aunque tal vez no se dieran cuenta... Pero te aseguro que Cristo no se pierde ni uno solo de tus gestos de amor, por insignificantes que te parezcan.

Desde entonces, cuando termino mi cama por las mañanas, me digo: “Ya he empezado bien el día, ¡ahora solo es cuestión de mantenerlo!” Saber que a primera hora ya has hecho una cosa bien, ¡entusiasma para empezar la jornada!

Hoy el reto del amor es dar gracias por algo pequeño. Pídele al Señor unos ojos nuevos para sorprenderte, para descubrir tantos detalles que realizas y que recibes, que, aunque pequeños, son también expresión de amor. Recíbelos con agradecimiento, realízalos con entusiasmo, ¡y verás cómo tu jornada germina en alegría! ¡Feliz día!

VIVE DE CRISTO

Fuente: Dominicas de Lerma