¿Qué
sostiene tu vida?
Hola,
buenos días, hoy Israel nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Este
sábado nos tocó hacer de “manitas”, porque había varias cosillas pendientes de
arreglar: que si una balda que se había caído, que si un listón por allí,
tornillos por allá...
Una
de las cosas a reparar era un pequeño tendedero de pared que tengo en mi celda.
Es plegable, y muy cómodo para colgar alguna prenda, la toalla... Sin embargo,
desde hace algún tiempo, venía notando que los dos tornillos por los que va
sujeto a la pared se estaban, literalmente, “viniendo abajo”. Cada día estaban
un poco más caídos, hasta que, al final, yo misma los terminé de arrancar para
repararlo.
Mientras
lo hacía me di cuenta de que el problema no fue el peso, ni fueron los
tornillos... el problema era la pared, que era adobe y, claro, solo con el roce
del tornillo, se deshacía hasta hacer unos agujeros enormes que no sostenían
nada.
Aquello
me impactó mucho. Y me cuestionó: ¿a qué pared estoy sujeta yo? Me sentí como
uno de esos tornillos, con deseo de cumplir mi misión, de amar, de servir a los
demás, de vivir entregada; sin embargo, me di cuenta de que eso solo se
sostiene si los tornillos están sujetos a una buena pared.
Es
impresionante, porque un tornillo suelto no sujeta nada, pero un tornillo
fijado a una buena pared, puede sostener enormes pesos, porque en realidad es
la pared quien los sostiene.
Y
hay muchas paredes que se nos presentan cada día; sin embargo, solo una nos
regala la firmeza y la fortaleza que necesitamos: Cristo. Solo en Él y por Él
podemos vivir desde el amor, podemos sentir nuestra vida bien anclada y segura,
solo con Cristo podemos ser sujeción para otros... todo lo demás, antes o
después, termina por caerse.
Y
es que realmente, cuando no podemos con algo, cuando un peso nos supera, es que
lo estamos llevando nosotros, es que no estamos colgados de Cristo. Él te ama,
eres único para Él, y su deseo es que todo eso que ahora cargas tú solo, se lo
dejes cargar a Él. Eso que crees muy tuyo, en realidad solo lo puede llevar Él,
y está deseando porque te ama, porque todo lo que a ti te atañe es importante
para Él. Por ello, entrégale tu vida al Señor, deja que tus inseguridades te
claven más a Él, y experimentarás la seguridad de estar sujeto y seguro, hasta
con capacidad de sostener a otros.
Hoy
el reto del amor es fijarte a Cristo. ¿Cuál es tu pared? Experimenta la firmeza
de una Persona que te ama hasta el punto de dar su vida por ti, para que tú
puedas encontrar siempre en Él tu descanso.
VIVE
DE CRISTO
Fuente:
Dominicas de Lerma