Álvaro Serrano
(Castañar de Ibor, 1986) dejó su acomodada vida de project manager en
Iberia para entrar al seminario
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Foto: Álvaro Serrano |
Con el confinamiento de por medio, ha creado –junto con la ayuda de
algunos compañeros– la página misaencasa.com,
visitada en su primer mes de vida por 14.000 usuarios únicos y que ha recibido
incluso el reconocimiento del Vaticano.
Además, está feliz con la llamada de este semanario, ya que cuando era
estudiante universitario sufrió «cierto grado de persecución» por leernos.
Pediste una prueba al Señor
para dar el paso de entrar al seminario. ¿Cuál fue?
Yo estaba estudiando
Ingeniería Aeronáutica y un día, de camino a la facultad, nos encontramos con
un evento de Orange y la liga ACB. Me apunté para el sorteo de un coche y fui
uno de los tres preseleccionados. La prueba final era tirar a canasta desde el
centro del campo. El concurso se realizaba desde hacía cuatro años y nadie
había conseguido encestar.
Paralelamente, llevaba
muchos años pensando que el sacerdocio podía ser mi camino. Incluso le había
manifestado a mis padres mi intención de entrar al seminario, pero me
aconsejaron que terminara antes la carrera. Entonces, mientras me preparaba
para lanzar, le dije al Señor: «Yo sé que tú quieres que sea sacerdote. Te
propongo un pacto. Quiero que me muestres una señal física muy concreta. Si
marco esta canasta, voy al seminario, porque es un claro ejemplo de que quieres
que así sea». Pues la pelota entró limpia. Me empezaron a tirar fotos por todos
lados. Yo estaba entre contento y abrumado, por el coche y por el seminario.
¿Por qué te has alegrado
tanto de la llamada de Alfa y Omega?
Me hace mucha ilusión
porque he sufrido algunos episodios desagradables por leeros. Yo venía de un
pueblo, de un ambiente protegido, y llegué a la capital. Fue un cambio muy
grande. Elegí para vivir un colegio mayor de ideario católico, aunque desde el
primer momento me sorprendió que solo íbamos a Misa la cocinera y yo. Por aquel
entonces –también ahora– era lector de Alfa y Omega.
El problema surgió con un
compañero que me echaba la culpa a mí, por ser católico, de los problemas que
le ocurrían en su vida. Este chico, los jueves, iba siempre corriendo a la sala
de prensa para llegar antes que yo y coger el periódico. Lo solía romper en mi
cara o lo llenaba de escupitajos. Otras veces lo rompía y me lo metía por
debajo de la puerta de la habitación. No es comparable, ni mucho menos, a lo
que sufren los cristianos perseguidos, pero he experimentado un cierto grado de
persecución por leer Alfa y Omega.
¿Cómo surgió la
iniciativa misaencasa.com?
Por culpa del coronavirus
nos mandaron a casa y tuve que empezarme a organizar mi propio horario.
Hablando con otros seminaristas, les pregunté a qué hora escuchaban ellos la
Misa por internet. Cada uno me decía una hora distinta y una parroquia diferente,
así que decidí hacerme un Excel para aclararme un poco, y para elegir la mejor
opción en función de las actividades que tuviera programadas cada día. Empecé a
recopilar los datos y se me ocurrió hacer una página web sencilla para que
también mis compañeros del seminario pudieran tener claros los horarios en los
que podían ver la Misa.
¿Y qué tal ha ido?
La verdad que muy bien. Se
han sumado más de 115 parroquias de 22 diócesis y en solo un mes de vida se ha
convertido en el portal más grande de España de emisión de Misas en directo. En
este primer mes, hemos tenido 14.000 usuarios únicos, e incluso nos han dado
las gracias desde el Vaticano por permitir a numerosos fieles participar en la
Eucaristía desde sus propias casas.
¿Qué pasará con la web
ahora que la Misa ha vuelto de forma presencial a toda España?
Muchas de las parroquias,
sobre todo las más grandes, van a seguir retrasmitiendo la Misa online.
Además, he tratado de darle una vuelta de tuerca a la web y he creado una
pestaña que se llama Espacio 3.0, donde curas youtubers comparten
catequesis, reflexiones, comentarios exegéticos, clases… Eso va a continuar en
el tiempo. Y dentro de poco va a llegar otra novedad: 7C. Es una sección en la
que voy a dialogar de una forma muy sencilla, muy clara, muy directa, con cada
párroco que tiene su Misa en la web, para que nos cuente su testimonio, su
vocación, cómo han vivido la situación del COVID-19, etcétera.
José Calderero de Aldecoa
Fuente: Alfa y Omega