Puro
optimismo
Hola,
buenos días, hoy Sión nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
El
otro día Israel me recomendó una aplicación para leer en la tablet. Yo no era
muy partidaria, pero admito que es comodísimo poder llevar cientos de
documentos y libros de consulta en menos de 500 gramos...
Decidí
animarme, y lo cierto es que me encantó. Así pues, al día siguiente fui
directamente a la tablet para leer. Al cabo de un rato, la pantalla entera se
puso en blanco y, en el centro un mensaje de alegres letras azules:
“¡Felicidades!
¡Has completado tu objetivo de lectura diario!”
Al
instante se me dibujó una sonrisa. “Qué simpático”, pensé.
Un
día después, volví a mi aplicación de lectura. Al rato, ¡de nuevo la pantalla
blanca!
“¡Enhorabuena!
¡Has completado tu objetivo de lectura diario!”
¡Me
sentía feliz con tanta felicitación! De pronto me entró la curiosidad: ¿cuál
sería el “objetivo diario”?
Me
fui a los ajustes y descubrí que el mensaje salta cuando llevas... ¡cinco
minutos leyendo! No sabía si reír o no... Yo que pensaba que estaba haciendo
una gran proeza lectora, ¡y la felicitación casi que llega por abrir la
aplicación!
Pero
en ese momento me di cuenta del bien que me habían estado haciendo esos
mensajes. Sí, me animaban, me hacían sonreír... Y, aunque sea por poca cosa,
¡me siguen gustando!
Así
es Jesús: sus ojos son capaces de descubrir lo pequeño y alegrarse con ello. Lo
demuestra en la parábola de la oveja perdida (¡no le importa recorrer caminos
por dar con ella, una sola oveja!), o la de la moneda perdida (¡que termina en
una fiesta por haberla encontrado, una simple moneda!).
Del
mismo modo, también nos invita a “orar en secreto”, o a obrar el bien “sin que
tu mano izquierda sepa lo que hace la derecha”... ¡He ahí la prueba de que
nada, por pequeño que sea, Le pasa desapercibido! Y, cada uno de nuestros
gestos de amor, Le sacan una enorme sonrisa.
¡Si
supieras lo mucho que te valora, la felicidad que siente cada vez que te
vuelves a Él... si supieras lo mucho que te ama...! Sin lugar a dudas,
“llorarías de alegría”.
Hoy
el reto del amor es valorar lo pequeño y alegrarte por ello. Te invito a que
hoy estés atento a algún acto bello o bueno de tu marido, de tu hija... No
importa que no sea perfecto (“podría hacerlo mejor, o con más alegría...”),
pídele al Señor reconocer ese gesto, acércate a la persona, ¡y valóraselo! “Las
palabras amables pueden ser cortas y fáciles de decir, pero sus ecos son
realmente infinitos” (Madre Teresa de Calcuta). ¡Feliz día!
VIVE
DE CRISTO
Fuente:
Dominicas de Lerma