Como
pipas sin cáscara pero acompañados
Hola,
buenos días, hoy Joane nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Nunca
había visto germinar un girasol y, hace unos días, planté semillas en un
pequeño bote. Cogí las pipas, las cubrí de tierra y regué cada día. Una mañana,
me encontré las cáscaras de las pipas vacías sobre la tierra, ¡seguro que un
pájaro las había sacado y se las había comido!
Pero
al poco rato me di cuenta de que todo estaba bien, que la cáscara se había abierto
para dejar germinar a la semilla, la planta crece de la pipa. Desde ese
momento, poco tardaron en crecer las hojas de la planta. Y un girasol, ¡puede
llegar a crecer hasta 3 metros!
Todo
parte de una pipa que se desprende de la cáscara. Hay algo que sucedió a los
discípulos cuando Jesús subió al Cielo que me llama la atención. Estaban con
Jesús Resucitado, qué seguridad sentirían junto a Él, ya habían visto y oído lo
suficiente para no querer separarse nunca de Su lado, pero se iba... se
despedía de ellos. Imagino que se sentirían indefensos como la pipa que pierde
su cáscara.
Pero
les dijo algo que ayer se nos recordaba: “Sabed que yo estoy con vosotros todos
los días hasta el final de los tiempos”. Les da una promesa y ellos “se
volvieron alegres a Jerusalén”. No dieron cabida a la tristeza, a las dudas,
porque han aprendido a fiarse de Jesús, saben que Él cumple sus promesas. Y,
sí, se podrían sentir como una “pipa sin cáscara”, pero su Alegría no estaba en
sus capacidades, sino en Jesús. Su Alegría era fruto de saberse en manos de
Jesús, de estar bajo Su protección cada día.
Aun
siendo pipas, pequeñas semillas crecieron y nos mostraron la clave, al igual
que el girasol: vivir mirando a Cristo, girar la mirada hacia Él, buscar el Sol
cada día.
Cuántas
veces te sientes débil, pequeño, desprotegido... La promesa de Jesús es también
para ti: “Yo estoy con vosotros todos los días”, solo tienes que fiarte de Él y
dejar que pueda hacerte crecer y dar vida, hacer de tu pequeña pipa una planta
maravillosa. No se ha equivocado contigo, te ama como eres y como estás.
Hoy
el reto del amor es que descanses en la Promesa de Jesús; saluda con Alegría a
las personas con las que te encuentres, sabiendo que Jesús está contigo.
VIVE
DE CRISTO
Fuente:
Dominicas de Lerma