Redescubre
Hola,
buenos días, hoy Lety nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Llevo
dos días recibiendo un mensaje de manera repetida y, cada vez que lo leo, doy
gracias al Señor.
Me
escriben: “Hoy, después de mucho tiempo, he podido volver a ir a misa y recibir
al Señor”, “Ha sido algo especial entrar en la parroquia y sentirme en casa”,
“No sé cómo compartiros lo que ha supuesto volver a recibir a Jesús en mí,
después de tanto”...
Todos
tienen en común un sentimiento de alegría, de gratitud, por volver a tener a
Jesús dentro de ellos. Y es que cuántas veces hemos dudado de la Eucaristía o,
por lo menos, nos hemos preguntado si era real todo esto de la Eucaristía... y,
ahora que no hemos podido tenerla, sentíamos que algo nos faltaba. Pero sobre
todo se siente fuerte cuando vuelves a tenerlo.
Se
dice que algo se valora cuando se pierde. Nunca me hubiera podido imaginar
vivir esto. Ahora valoro cada palabra, cada gesto que veo en el sacerdote. Es
verdad que nosotras hemos podido comulgar, pero la misa la teníamos on-line, y
no es lo mismo. Qué alegría me dio el lunes ver a nuestro sacerdote, Fernando,
saludarnos con un “Buenos días”...
La
alegría del Resucitado ha invadido nuestro corazón al reconocerle y poder
disfrutar de Él. Porque la Iglesia vive de la Eucaristía. Y en ella está tu
felicidad, en ella Cristo muere y resucita por ti, en ella se encuentra la
fuerza para vivir el día, la paz para enfrentar toda circunstancia, la alegría
para poder sonreír incluso a través de la mascarilla. Porque en la Eucaristía
lo tenemos todo.
Hoy
el reto del amor es ir a una Eucaristía y pedirle a Jesús que te introduzca en
este misterio para que puedas disfrutar de todo el manantial de Vida que brota
de ella. Te aseguro que no vas a salir como vas a entrar. Déjale que Él actúe
en ti. Te va a hacer feliz.
VIVE
DE CRISTO
Fuente:
Dominicas de Lerma