“Se comenzará
la aplicación de estas medidas desde el lunes 11 de mayo, para que en las
celebraciones del domingo 17 de mayo, tengamos una evaluación y una experiencia
suficiente de los días anteriores”
Imagen referencial. Crédito: Pixabay |
La Comisión ejecutiva
de la Conferencia Episcopal Española comunicó las “medidas de prevención para
la celebración del culto público en los templos católicos durante la desescalada
de las medidas restrictivas en tiempo de pandemia”.
En el
comunicado explican que “el coronavirus continúa propagándose por España” y que
“dada la grave responsabilidad que supone, para todos, prevenir el contagio de
la enfermedad” proponen estas disposiciones “aconsejando máxima prudencia en su
aplicación que cada Diócesis habrá de concretar”.
También
advierten que “será necesaria una evaluación continuada que permita valorar su
puesta en práctica y modificación en las situaciones que sea necesario,
teniendo en cuenta lo que la autoridad sanitaria disponga en cada momento”.
Según precisan,
“se comenzará la aplicación de estas medidas desde el lunes 11 de mayo, para
que en las celebraciones del domingo 17 de mayo, tengamos una evaluación y una
experiencia suficiente de los días anteriores”.
Desescalada por
fases
En la Fase 0 la CEE anunció que se mantiene “la situación actual”, es decir,
“culto sin pueblo”, “atención religiosa personalizada poniendo atención
especial a los que han perdido a seres queridos” y llaman a la preparación “en
cada diócesis y parroquias las fases siguientes”.
Durante
la Fase 1, que se prevé que comience si los indicadores siguen
siendo favorables, el 11 de mayo, por lo que se permitiría “la asistencia
grupal, pero no masiva, a los templos sin superar el tercio del aforo, con
eucaristías dominicales y diarias. Quizá con preferencia al acompañamiento de
las familias en su duelo”.
La fase
2, que podría iniciarse el 25 de mayo, incluiría el “restablecimiento de
los servicios ordinarios y grupales de la acción pastoral con los criterios
organizativos y sanitarios, mitad del aforo, higiene, distancia”, y se
aplicarán las medidas de carácter general.
Mientras que en
la fase 3 se inicia “la vida pastoral ordinaria” pero siempre
teniendo en cuenta “las medidas necesarias hasta que haya una solución médica a
la enfermedad”.
Sobre las medidas
de carácter general, la CEE explica que se prorroga “la dispensa del
precepto dominical, invitando a la lectura de la Palabra de Dios y a la oración
en las casas, pudiendo beneficiarse de la retransmisión a través de los medios
de comunicación para quien no pueda acudir al templo”. Y se invita a las
personas mayores, enfermas o en situación de riesgo “que valoren la
conveniencia de no salir de sus domicilios”.
Celebración de
la misa
Se establece el
aforo máximo de los templos; un tercio en la primera fase y la mitad en la
segunda fase, así como respetar la distancia de seguridad.
En las
Eucaristías dominicales, “allí donde sea necesario y posible” piden procurar
“aumentar el número de celebraciones cuando haya mayor afluencia de fieles, a
fin de descongestionar los templos” y piden a los fieles que utilicen la
mascarilla.
Las pilas de
agua bendita continuarán vacías y las puertas de las iglesias se mantendrán
abiertas a la entrada y salida de las celebraciones para no tener que tocar
manillas o pomos y ofrecer “gel hidroalcohólico o algún desinfectante similar,
a la entrada y salida de la iglesia”.
Se pide que
algunas personas responsables colaboren en “la distribución los fieles en el
templo, el acceso a la hora de comulgar y la salida de la iglesia al
finalizar” para que en todo momento se respete “la distancia de seguridad”.
Desde la CEE
recuerdan que es importante “evitar los coros en la parroquia” y “se recomienda
mantener un solo cantor o algunas voces individuales y algún instrumento”, no
distribuir “hoja de cantos ni pliegos con las lecturas o cualquier otro objeto
o papel”.
Sobre el
cestillo de la colecta “no se pasará durante el ofertorio, sino que el servicio
de orden lo ofrecerá a la salida de la misa, siguiendo los criterios de
seguridad señalados”.
“El cáliz, la
patena y los copones, estarán cubiertos con la “palia” durante la plegaria
eucarística”, precisan y el sacerdote celebrante “desinfectará sus manos al
empezar el canon de la misa, y los demás ministros de la comunión antes de
distribuirla”.
Se sustituirá
el saludo de paz por “un gesto evitando el contacto directo”.
“El diálogo
individual de la comunión; “El Cuerpo de Cristo”. “Amén”; se pronunciará de
forma colectiva después de la respuesta “Señor no soy digno…”, distribuyéndose
la Eucaristía en silencio”, apuntan.
Y en el caso de
que el sacerdote fuera mayor se establecerían “ministros extraordinarios de la
Eucaristía para distribuir la comunión”.
A la salida de
la Misa se pide establecer de modo ordenado la salida de la iglesia “evitando
agrupaciones de personas en la puerta”. Además se hace una llamada a la
“continua desinfección del templo, bancos, objetos litúrgicos, etc”.
Otros
sacramentos
Sobre la
celebración de otros sacramentos, como el de la reconciliación se
pide aplicar las medidas generales y “escoger un espacio amplio, mantener la
distancia social asegurando la confidencialidad”.
“Tanto el fiel
como el confesor deberán llevar mascarilla. Al acabar, se aconseja reiterar la
higiene de manos y la limpieza de las superficies”, precisan.
En la
celebración del Bautismo se pide que se celebre el rito breve.
La administración del agua bautismal se debe hacer “desde un recipiente al que
no retorne el agua utilizada, evitando cualquier tipo de contacto entre los
bautizandos” y en las unciones “se puede utilizar un algodón o bastoncillo de
un solo uso, incinerándose al terminar la celebración”.
En la
confirmación, cuando se unge con el crisma “se puede utilizar un algodón o
bastoncillo” y piden que se observe “la higiene de manos entre cada contacto,
cuando haya varios confirmandos”.
Durante la
celebración del Matrimonio, “los anillos, arras, etc., deberán ser
manipulados exclusivamente por los contrayentes”, y piden que se mantenga “la
debida prudencia en la firma de los contrayentes y los testigos, así como en la
entrega de la documentación correspondiente”.
En la unción
de enfermos también se pide que se haga con el rito breve y que se
utilice algodón en la administración de los óleos. “Los sacerdotes muy mayores
o enfermos no deberían administrar este sacramento a personas que están
infectadas por coronavirus”, precisan y en cualquier caso se deben observar
“las indicaciones de protección indicadas por las autoridades sanitarias
correspondientes”.
Otras visitas a
la iglesia
Mientras que en
las exequias de difuntos y funerales se seguirán los mismos criterios de la
misa dominical y precisan que “aunque sea difícil en esos momentos de dolor” se
insiste en “evitar los gestos de afecto que implican contacto personal y la
importancia de mantener distancia de seguridad”.
Para las
visitas a la iglesia para la oración o adoración del Santísimo, se pide seguir
las pautas generales evitando la concentración y señalando los lugares para la
oración y la adoración.
El uso de las
dependencias parroquiales para reuniones o sesiones formativas se iniciará en
la segunda fase y seguirán las pautas utilizadas para las reuniones culturales
previstas por el ministerio de sanidad que consiste en un máximo de un tercio
de aforo en lugares cuyo aforo habitual es de 50 personas, respetando la
distancia de seguridad y la utilización de mascarillas.
En la tercera
fase el aforo pasa a ser de la mitad en lugares de un aforo habitual de 50
personas y de un tercio en lugares de un aforo habitual de 80 personas en las
mismas condiciones de distancia y utilización de mascarillas.
Fuente: ACI Prensa