Sostienen
tu vela
Hola,
buenos días, hoy Joane nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Las
velas que pusimos el Jueves Santo con las intenciones que nos pedíais siguen
aún luciendo; unos 8 o 9 porta velas las sostienen y, cuando se consume una, la
monja que pasa la cambia por otra nueva.
Ayer
me quedé observando a una hermana de las más mayores arreglando las velas que
estaban a punto de consumirse. Con qué cuidado las cambiaba, con qué cuidado
procura cada día que no se consuman.
Cambiarlas
no es tan fácil; si se consumen por completo, la cera se derrite y queda una
especie de pasta compacta en la parte de abajo que es muy difícil de sacar en
frío, por eso intentamos aprovechar lo que queda de vela cuando aún está
encendida para derretir con su llama la base de la que vamos a poner y así
poder unirlas logrando al final que las dos velas sean una.
En
este tiempo más que nunca estamos caminando juntos, unos a otros nos ayudamos
y, gracias a la luz del otro, mi vela se sostiene, yo puedo tener luz. Qué
fácil me es hacer las cosas sola, a mi manera... pero, en cambio, cuando te
dejas ayudar, llegas más lejos.
Jesús
no quiso predicar solo, llamó a doce para hacer comunidad y predicar juntos.
Cuando no sabían, se lo enseñaba; cuando no entendían, se lo explicaba; una y
otra vez les iluminaba con Su Luz.
Hoy
el reto del amor es que te dejes ayudar en algo que necesites. Si eres de
riesgo, pide a un vecino que te compre el pan o lo que puedas necesitar; si
necesitas hablar, compartir lo que sientes, llama a alguien; que, si el trabajo
te desborda, desde tu debilidad pidas ayuda con lo de casa. Que hoy sientas
cómo la luz de los demás sostiene tu vela.
VIVE
DE CRISTO
Fuente:
Dominicas de Lerma