Cuando trasladaron al hijo de lugar, él era consciente de que la veía por última vez
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Los sacerdotes católicos están estos días en primera fila, exponiéndose al contagio por atender espiritualmente a cuantas personas se lo piden. Ni un paso atrás. El padre Jon, desde su cama del hospital, es un ejemplo de ello.
El padre Jon dirige la parroquia
de Santiago Apóstol en Valdemoro, una de las
ciudades más castigadas por el coronavirus en España.
Es un sacerdote joven que vive con sus padres
ancianos y necesitados de su atención. La pandemia del coronavirus le ha
golpeado con dureza: su madre falleció ayer en el Hospital de
Valdemoro, mientras él permanecía ingresado en una zona
habilitada como UCI del mismo edificio.
Hasta pocas
horas antes de morir ella, madre e hijo compartieron habitación,
un “lujo” visto ahora en perspectiva, sabiendo que hay enfermos que están
aislados y no pueden comunicarse con otros enfermos de su familia. Cuando
trasladaron al hijo de lugar, él era consciente de que la veía por última vez.
En Valdemoro,
la situación es muy difícil. Por razones de salubridad, se exige la incineración
de los cadáveres para evitar nuevos contagios pero, según
explica otro sacerdote, el padre Julián Lozano, de la
misma diócesis de Getafe, “las funerarias
están desbordadas y habrá que esperar 3 o 4 días para
proceder a la incineración”.
En algunos
aspectos, el momento recuerda a los años de la peste en Europa, en la Edad Media.
Ayer, Rosella Cannevari, una “influencer”
especializada en viajes y ahora confinada en Milán, explicaba en un
vídeo por Periscope, sin maquillar y con el rostro
desencajado, que en Bérgamo cada media hora hay un funeral, al
que no
pueden asistir los parientes: solo el sacerdote ante el difunto.
“Pulvis eris et pulvis reverteris” (polvo eres y en polvo te
convertirás), nos lo dijeron el Miércoles de Ceniza y la memoria nos lo
recuerda.
Parece
imposible pero el siglo XIV no queda
tan lejos: todos recordamos lo frágil que es nuestra condición
humana.
Sin embargo,
en medio de tanto dolor, el testimonio del padre Jon se alza como un
recordatorio de lo esencial: la fuerza del sacerdocio. Es
oveja y pastor con olor a oveja.
El
párroco envió ayer un mensaje de audio a sus feligreses,
que se ha extendido por Whatsapp a multitud de personas. Se notaba que le
costaba respirar pero su mensaje era muy claro. Dice así (los títulos son de la
editora del texto):
“Tengo una hermosísima neumonía por
coronavirus”
A MI PARROQUIA DE SANTIAGO:
Querida familia:
Como muchos sabéis ya, este mediodía
falleció mamá.
Con paz, rodeada de estos ángeles con bata
verde (uno de ellos de nuestra parroquia) que están dando la vida con inmensa
profesionalidad y heroica dedicación y afabilidad. Seguro que su otro Ángel, el
de su guarda, la acompañaba.
Yo tuve que dejarla ayer.
A la Dra. no le gustaba mi estado, y me
sacaron a una especie de “Pre UCI” que se han montado estos profesionales
increíbles que tenemos.
El Hospital está con orden, suma eficacia,
dedicación a tope.
Mi salud… delicada. Tengo
una hermosísima neumonia por coronavirus, y el bicho es malo. Por eso me han
advertido varias veces hoy, que en el momento que me vieran peor, rápidamente
me sedarían e intubarían.
“Estoy con paz. Me la regala el Señor”
Anímicamente estoy con paz. ME LA REGALA EL
SEÑOR.
El sacrificio de “arrancarme” de una madre,
fue preparado, se ve, por el duro momento de vernos separados ayer al salir de
la habitación.
Luego, entregué
TOTALMENTE a la Virgen y a San José a mamá, (la imagen de la lona de la parroquia
en mi memoria, me ayuda mucho a esto).
Y no hay más puntos que resaltar…
“No hay Cruz, y si la hay Él la tapa”
Algunos compañeros me hablan de la Cruz que
vivo… NO HAY TAL. De verdad, de verdad que sólo veo al Señor, NO HAY CRUZ, y si
la hay Él la tapa con su presencia.
Los hermanos sacerdotes
Los hermanos sacerdotes que son “unos
suicidas de Cristo” han
venido a darnos la unción y comunión el domingo y la comunión ayer. Aún
estábamos juntos los dos.
Papá está en la parroquia. Ha dado
positivo, pero no tiene síntomas. Y vosotros estáis siendo su providencia
material y de amistad este tiempo que no sé lo que durará.
Rezad, por favor, por los tres. Sobre todo
por el alma de mi madre y por papá, que no le pase nada en estos días. ¡Seguro
que no!
“Un río de humanidad y bondad y oración”
El maldito bicho, está metiendo en España
un río de humanidad y bondad, Y DE ORACIÓN. Familias que nunca habíais rezado
juntos en casa, estos días lo hacéis. NO LO DEJÉIS.
“Me entrego desde la cama por vosotros”
Os quiero, y me entrego desde la cama POR
VOSOTROS, ahora esta es mi Misa y mi Altar.
¡GRACIAS A TODOS POR TANTO AMOR!
Una petición de hoy
El padre Jon ha hecho hoy un
nuevo llamamiento a su parroquia (y a los que llegue este
mensaje). Es para las personas con familiares
contagiados por el coronavirus. Les anima a hacer el ofrecimiento
de esas personas al Corazón de Jesús. Así, tanto si sanan como
si fallecen, “sabrán que no los pierden”.
Dolors
Massot
Fuente: Aleteia