Convivencia
estrecha... ¡una oportunidad!
Hola,
buenos días, hoy Israel nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Cómo
nos puede cambiar la vida en un instante... Quién nos habría dicho hace unos
días que íbamos a vivir esta circunstancia... Y, sin embargo, con Cristo cada
instante es un momento de Gracia.
Una
de las cualidades de la clausura es que te pone de cara a la convivencia con
las demás. Al no salir, estamos continuamente las unas con las otras, y más en
nuestro carisma, en el que uno de los pilares es la vida comunitaria.
La
realidad es que, cuando se convive muy estrechamente, el conflicto... ¡está
asegurado! Y es que somos humanos, y esto es normal que suceda, pero lo genial
de la clausura es que no te permite instalarte en el conflicto. Es decir,
cuando te enfadas con una hermana, no puedes quedarte enfadada ni metida en ti
misma, porque tú misma te haces daño.
Y,
como no tienes la posibilidad de irte al cine o de darte una vuelta, porque
somos de clausura, y aquí dentro vayas a donde vayas te vuelves a encontrar a
la hermana... al final tienes que enfrentarte a tu realidad: “¿Por qué me he
enfadado?” “¿Qué ha sucedido dentro de mí?” “¿Qué me pasa?”
El
vivir tan estrechamente te hace resolver los problemas sin esperar ni dejarlo
estancarse. Al fin y al cabo, todas estamos aquí para ser felices, y vivir con
malestar solo resta. Nosotras lo vivimos como un regalo, porque el Señor me va
iluminado mi realidad para que yo pueda amarme, y así poder amar a los demás
con libertad.
Quizá
pienses cómo sobrevivir tan estrechamente estos días. Y, sin embargo, también
el Señor quiere derramar Su Gracia sobre ti y los tuyos para que os podáis
redescubrir. Normalmente las prisas, los horarios, las idas y venidas... dejan
pasar por alto muchas cosas a las que preferimos no enfrentarnos.
Es
tiempo de recuperar esa relación con aquel hijo que estabas dejando pasar, para
pedir ese perdón que hace tiempo querrías haber dicho, tiempo para hablar, para
volver jugar, para volver a hacer cosas juntos, para descubrirles... porque
solo conviviendo más estrechamente sabes realmente cómo está su corazón, lo que
piensa, lo que siente.
Hoy
el reto del amor es redescubrir a los tuyos. Mira el día como una oportunidad
para crecer en el amor, para conocer de verdad tu ser y el de los demás, para
apostar por el Amor más que por la razón.
VIVE
DE CRISTO
Fuente:
Dominicas de Lerma