Oración
hecha imagen
Hola,
buenos días, hoy Sión nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Durante
la Cuaresma, en el Monasterio nos reunimos una vez a la semana para compartir
lo que va viviendo cada una.
Y,
como soy de las que opinan que la ambientación hace mucho, le pedí permiso a la
priora para “preparar” la sala: llevé una Biblia, una vela... y, a partir de
ahí, un poco de imaginación y creatividad.
Sí,
porque me gusta que la decoración tenga sentido, exprese algo. Y me he dado
cuenta de que me ayuda mucho, pues, unos días antes, voy orando el Evangelio
desde una perspectiva diferente: convertirlo en imagen.
El
domingo pasado tocó el Evangelio de las tentaciones en el desierto. Así pues,
usando de base una tela marrón, coloqué un montón de piedras y, oculta entre
ellas, una vela encendida.
Cuando
me preguntaron qué significaba aquello, les expliqué que lo había titulado
“Mira más allá”.
En
efecto, hablamos de “el evangelio de las tentaciones”, pero, comentándolo, san
Agustín dice: “¿Te fijas en que el Señor fue tentado, y no te fijas en que
venció?”.
Así
me pasa a mí al empezar la Cuaresma. Me quedo en lo que más se ve: el cura de
morado todos los días, la liturgia cada vez más “triste”... A veces se me hace
como si fuera un montón de piedras...
Sin
embargo, he descubierto que el Señor me invita a mirar más allá: ¡¡entre las
piedras hay luz!! En efecto, yendo más allá de las apariencias, la liturgia
habla del Amor más grande, el silencio invita a estar más con Él...
Por
eso, en esta Cuaresma, quiero buscar a Jesucristo detrás de todo lo que me vaya
sucediendo, pues sé que, cada instante, está en su Mano, y, con Él, ¡hasta las
tentaciones se convierten en victorias!
Hoy
el reto del amor es buscar la luz entre las piedras. A lo largo de la jornada
irás viviendo distintas situaciones; algunas serán agradables... y quizá otras
parezcan piedras en el camino. Te invito a que, en esos momentos, te vuelvas al
Señor y le pidas ver con Sus ojos para encontrar lo bueno, lo positivo... Y, si
aparentemente no lo hay, recuerda que tú mismo estás llamado a ser “la luz del
mundo”. ¡Con Cristo puedes llenar de luz cualquier piedra! ¡Feliz día!
VIVE
DE CRISTO
Fuente:
Dominicas de Lerma