2º Domingo Cuaresma (Ciclo A)
MONICIÓN DE ENTRADA
Buenos
días, hermanos, sed bienvenidos a la casa de familia de nuestro Padre, Dios.
Hoy,
segundo domingo de Cuaresma, damos un paso más en el camino hacia la Pascua. El
Señor nos lleva a su intimidad para transfigurarse ante nosotros en la
Eucaristía que celebramos.
Su
Palabra es luz que ilumina nuestra vida con la gracia de la fe. Su ofrenda en
el altar nos hace participar, ya ahora, de su victoria pascual y transfigura
nuestra vida para ser sus testigos en medio del mundo.
Abramos
nuestros ojos, también nuestro corazón, para que la gracia de esta celebración
se imprima en nosotros y nos transforme a imagen del Señor, Jesús.
MONICIÓN A LAS LECTURAS
La
vida, nuestra existencia, nuestra misma persona está envuelta en un misterio. Un
misterio indescifrable, un misterio que nos inquieta, un misterio, que sin
embargo, nos atrae porque intuimos que en él está el secreto de nuestra vida y
su salvación… ¿Quién nos revelará ese Misterio?
Las
lecturas que hoy la liturgia de la Iglesia nos ofrece, nos invitan a poner
nuestros ojos en Jesús. Él nos revela el secreto de ese Misterio y por la fe y
el amor nos da a participar de Él.
Escuchemos
con atención.
ORACIÓN DE LOS FIELES
A
cada suplica respondemos: ¡Oh, Señor, escucha y ten piedad!
- Por
la Iglesia, para que su vida transfigurada por la gracia divina manifieste la
presencia salvadora de Cristo en nuestro mundo. OREMOS.
- Por
los gobernante para que busquen la justicia, la cooperación y la paz entre sus
pueblos. OREMOS.
- Por
los que padecen la enfermedad del coronavirus y otras pandemias, para que las
normas de las administraciones públicas, los medios sanitarios y la solidaridad
les ayuden a afrontar la situación que padecen. OREMOS.
-
Por los que buscan el sentido de la vida, por los que anhelan encontrarse con Dios,
para que sean bendecidos con la gracia de la fe y puedan reconocer la presencia
de Cristo en sus vidas. OREMOS.
-
Por todos nosotros, para que rompamos con una vida superficial y, por amor a
Cristo, nos dejemos transfigurar por la gracia divina hasta ser sus testigos. OREMOS.
ORACIÓN FINAL
Gracias,
Señor porque en cada Eucaristía
nos
llevas al monte Tabor.
Porque
cada domingo
el
pan y el vino se transfiguran en tu altar
y te
haces presente en medio de nosotros.
¡Nunca
terminaremos de agradecerte
este
signo de amor e intimidad!
Ayúdanos
a comprender
el misterio
de tu transfiguración.
Ayúdanos
a reconocer el modo
en
que Tú te acercas a nosotros;
a
reconocer que, justamente,
en
aquello que creemos que nos aleja de ti
Tú
estás obrando tu salvación
y
nos haces participar de tu victoria pascual.
Transfigura
nuestras vidas, Señor, transfigúralas,
que
la luz de tu Palabra y la gracia de tu Espíritu
nos
den a conocer en nuestra carne
los
gérmenes de tu salvación;
esos
dones que nos hacen semejantes a Ti
y
nos hacen reflejar tu imagen
ante
aquellos que buscan tu salvación.
Gracias,
Señor, por darnos a participar de tu intimidad
y
por hacernos testigos de tu Misterio de amor.