El cardenal arzobispo
de Valladolid se despide como presidente del Episcopado español con un discurso
en clave interna que centró en la reforma de la CEE y en la renovación de
cargos
Foto: Ernesto Agudo |
El cardenal arzobispo de
Valladolid, Ricardo Blázquez, ofreció su último discurso como presidente de la
Conferencia Episcopal Española (CEE) ante todos los obispos españoles, reunidos
desde este lunes en Asamblea Plenaria, una reunión que servirá para renovar todos
los cargos de esta institución a excepción del de secretario
general.
Elecciones que, según
Blázquez, «no son un reparto de poder, sino una distribución de las
colaboraciones para contribuir lo más adecuadamente posible al sentido mismo de
la Conferencia Episcopal y la misión que ha recibido en su misma constitución».
«Las elecciones no son una
oportunidad de acumular prestigio, sino una ocasión para mostrar disponibilidad
al servicio», dijo el purpurado en una intervención en clave interna que centró
fundamentalmente en la reforma de la Conferencia Episcopal y a sus recién
estrenados estatutos, y que incluyó referencias al Congreso de Laicos del
pasado mes de febrero y una reflexión sobre las vocaciones sacerdotales al hilo
del plan de formación sacerdotal español y del Día del Seminario.
Sobre los nuevos estatutos
y la nueva
organización en la CEE, Blázquez dijo que se ha seguido como modelo
la reforma de la Curia Romana –algunas comisiones toman el mismo nombre que las
de la Santa Sede– y añadió que los obispos deberán estar pendientes de cómo se
completa esta para actualizar aquello que sea necesario. Todo, apuntó, «para ser
cauce más eficaz de evangelización». «La misión es para la misión, ya que la
Iglesia ha sido convocada para ser enviada. El faro del Evangelio debe guiar
nuestra nave al puerto».
«Con esta renovación de
estatutos sintonizamos más estrechamente con la reforma de la Curia Romana y
con sus claves misionera y sinodal. Se pretende agilizar el funcionamiento para
que no quedemos como atrapados en cuestiones secundarias; con los cambios
introducidos esperamos que se gane en eficacia y en atención a lo principal»,
continuó.
Vocaciones sacerdotales
Al hilo de la próxima
celebración del Día del Seminario y del Plan de
Formación Sacerdotal. Normas y Orientaciones para España –la
aplicación española de la Ratio fundamentalis–, el todavía
presidente del Episcopado dijo que los obispos no deben conformarse con
«administrar escasez» –en referencia a la falta de vocaciones–, sino ser «cauce
de nuevas vocaciones a las que el Señor continúa invitando».
«La penuria vocacional, que
desde hace tiempo padecemos, nos impulsa a reconocer más aún cada día que toda
vocación es un regalo por el que debemos diariamente pedir a Dios, que debemos
recibir con gratitud, y que debe ser cultivado, acompañado y vivido como un
tesoro», sostuvo.
Las claves de esta
propuesta formativa pasan por el discernimiento y el acompañamiento, por la
formación inicial y permanente y por la salud humana y espiritual de los
seminaristas y sacerdotes «en la situación eclesial y social tan exigente que
vivimos».
Congreso de Laicos
También tuvo un recuerdo
especial para el Congreso de
Laicos Pueblo de Dios en Salida, celebrado en Madrid del 14 al
16 e febrero, un hito en un camino sinodal en el que «hemos podido constatar
con sorpresa la riqueza y la vitalidad que, en medio de la fragilidad, existe
en nuestra Iglesia».
«Pueblo de Dios en salida
es pueblo enviado por el Señor. Todos, compartiendo la misma fe y
disponibilidad apostólica, hemos experimentado el gozo de la fraternidad de
laicos, consagrados, presbíteros y obispos. Etapas anteriores marcadas por
acentos reivindicativos y de pretensiones difíciles de conjugar han pasado ya;
la experiencia de la debilidad nos ha hecho a todos más conscientes de la
necesidad recíproca», agregó.
Despedida
Abordados todos estos
puntos, Blázquez agradeció a los obispos la confianza depositada en él para
presidir la CEE en tres periodos, los dos últimos consecutivos: «Al concluir
estas palabras, con las que termino también el encargo que me otorgaron los
obispos para presidir la Conferencia Episcopal, deseo expresar a ustedes,
señores obispos, mi gratitud por la confianza que me han manifestado. ¡Muchas
gracias!»
F. Otero
Fuente: Alfa y Omega