El Evangelio nos enseña las etapas que recorrieron los apóstoles, para saber quién es Jesús. Son tres: conocer, confesar y aceptar el camino que Dios eligió para Él
En su homilía de la misa matutina celebrada ayer en la
capilla de la Casa de Santa Marta el Papa Francisco afirmó que el cristiano es
el que acepta el camino que siguió Jesús para salvarnos, es decir, el camino de
la humillación. Y añadió que se equivocan los cristianos, los sacerdotes, los
obispos e incluso los papas que no siguen este camino
"¿Quién dice la gente que soy?",
"¿Ustedes qué dicen?" Son las preguntas contenidas en el pasaje
del Evangelio de la liturgia del día a partir de las cuales el Santo Padre
reflexionó. Y afirmó que el Evangelio nos enseña las etapas que
recorrieron los apóstoles, para saber quién es Jesús. Son tres: conocer,
confesar y aceptar el camino que Dios eligió para Él.
Confesar a
Jesús gracias al Espíritu Santo
Conocer a Jesús es lo que todos hacemos nosotros
cuando – observó Francisco – tomamos el Evangelio, y tratamos de conocer a
Jesús, o cuando llevamos a los niños al catecismo (...) al igual que cuando los
llevamos a la misa. Sin embargo dijo que se trata sólo del primer paso. El
segundo es confesar a Jesús.
Y esto nosotros, solos, no podemos hacerlo. En la
versión de Mateo, Jesús le dice a Pedro: "Esto no viene de ti. El Padre te
lo ha revelado". Sólo podemos confesar a Jesús con el poder de Dios, con
el poder del Espíritu Santo. Nadie puede decir que Jesús es el Señor y
confesarlo sin el Espíritu Santo, dice Pablo. No podemos confesar a Jesús sin
el Espíritu. Por lo tanto, la comunidad cristiana debe buscar siempre el poder
del Espíritu Santo para confesar a Jesús, para decir que es Dios, que es el
Hijo de Dios.
Aceptar el
camino de Jesús, hasta la cruz
Pero, ¿cuál es el propósito de la vida de Jesús, por
qué vino? Responder a esta pregunta significa realizar la tercera etapa en el
camino del conocimiento de Él. Y Francisco recordó que Jesús comenzó a enseñar
a sus apóstoles que debía sufrir y que lo matarían para luego resucitar.
Confesar a Jesús significa aceptar el camino que el
Padre eligió para Él: la humillación. Pablo, escribiendo a los filipenses,
[dice]: "Dios envió a su Hijo, quien se anonadó a sí mismo, se hizo
siervo, se humilló a sí mismo, hasta la muerte, muerte de cruz”. Si no
aceptamos el camino de Jesús, el camino de la humillación que Él eligió para la
redención, no sólo no somos cristianos, sino que merecemos lo que Jesús le dijo
a Pedro: "¡Aléjate de mí, Satanás!
Quien no sigue
el camino de la humillación no es cristiano
El Papa Francisco señaló que Satanás sabe muy bien que
Jesús es el Hijo de Dios, pero Jesús rechaza su "confesión" como alejó
de sí mismo a Pedro cuando había rechazado el camino que Jesús había elegido.
"Confesar a Jesús – dijo en efecto el Papa Francisco – es aceptar el
camino de la humildad y de la humillación. Y cuando la Iglesia no va por este
camino, se equivoca, se vuelve mundana".
Y cuando nosotros vemos a tantos buenos cristianos,
con buena voluntad, pero que confunden la religión con un concepto social de
bondad, de amistad, cuando vemos a tantos clérigos que dicen que siguen a
Jesús, pero que buscan los honores, los caminos suntuosos, los caminos de la
mundanidad, no buscan a Jesús: se buscan a sí mismos. No son cristianos; dicen
que son cristianos, pero de nombre, porque no aceptan el camino de Jesús, de la
humillación. Y cuando leemos en la historia de la Iglesia acerca de muchos
obispos que han vivido así y también de muchos papas mundanos que no conocieron
el camino de la humillación, no lo aceptaron, debemos aprender que ese no es el
camino.
La coherencia
cristiana en la vida y en el ministerio
Francisco concluyó invitando a pedir “la gracia de la
coherencia cristiana” para “no usar el cristianismo para escalar", es
decir la gracia de seguir a Jesús en su mismo camino, hasta la humillación.
Adriana Masotti – Ciudad del Vaticano
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