El
Papa subrayó la importancia de cultivar la fraternidad y dijo: “El Señor está
feliz por esto, por la fraternidad entre nosotros”
Este
21 de febrero, el Papa Francisco recibió a los participantes de la visita de
estudio de jóvenes sacerdotes y monjes de las Iglesias Ortodoxas Orientales.
Dirigiéndose a ellos les dijo: “cuando nosotros los cristianos de diferentes
Iglesias nos visitamos, reunidos en el amor del Señor, tenemos la gracia de
intercambiar estos dones. Podemos acoger lo que el Espíritu ha sembrado en el
otro como un regalo para nosotros”.
"Gracias
a vosotros y paz de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo" (2 Cor 1,
2). Con estas palabras el Papa Francisco dio la bienvenida a los participantes
de la visita de estudio de jóvenes sacerdotes y monjes de las Iglesias
Ortodoxas Orientales, así como saludó al arzobispo Barsamian y al obispo El-Soryani,
quienes acompañan a los visitantes. También, a través de ellos, envió saludos a
los jefes de las Iglesias Ortodoxas Orientales.
Una visita es siempre un
intercambio de regalos
Francisco
comenzó su alocución afirmando: “Una visita es siempre un intercambio de
regalos”, y la sitúa en el contexto bíblico de la visita de la Virgen María a
Isabel: “Cuando la Madre de Dios visitó a Isabel, compartió con ella la alegría
por el don de Dios que había recibido. E Isabel, acogiendo el saludo de María,
que hizo que su bebé se sacudiera en su vientre, se llenó del don del Espíritu
Santo y dio a su prima su bendición (cf. Lc 1,39-42). Como María e Isabel, las
Iglesias llevan dentro de sí varios dones del Espíritu, para ser compartidos
para el gozo y el bien mutuo”.
El
Papa subrayó la importancia de esta visita y afirmó: “su visita no sólo es una
oportunidad para profundizar nuestro conocimiento de la Iglesia Católica, sino
que también es una oportunidad para nosotros los católicos de acoger el don del
Espíritu dentro de ustedes. Su presencia nos permite este intercambio de
regalos y es una fuente de alegría”.
Momento de dar gracias por
su testimonio
El
Papa agradeció la presencia de Dios en los visitantes, y les dijo: “Él (Dios)
es el protagonista del bien que hay en nosotros” y añadió: “Les agradezco la
gracia que han recibido en su vida y sus tradiciones, los síes de su sacerdocio
y su vida monástica, el testimonio de sus Iglesias ortodoxas orientales,
Iglesias que han sellado la fe en Cristo con la sangre y que siguen siendo
semillas de fe y esperanza incluso en regiones a menudo marcadas, por
desgracia, por la violencia y la guerra”.
Alegría de Dios por la
fraternidad entre nosotros
El
Papa subrayó la importancia de cultivar la fraternidad y dijo: “El Señor está
feliz por esto, por la fraternidad entre nosotros”, y añadió: “Que su presencia
se convierta en una pequeña semilla fecunda para hacer germinar la comunión
visible entre nosotros”. Francisco se despidió de los visitantes,
agradeciéndoles su presencia, así como les aseguró su oración por ellos, así
como se confió a sus oraciones. Antes de despedirse, les invitó a rezar todos
juntos el Padre Nuestro.
Manuel
Cubías – Ciudad del Vaticano
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