María Álvarez de las
Asturias aclara aspectos que provocan más dudas y recelos “No hay que temer
consultar sobre la verdad de cada matrimonio”
"Vas a
pedir la nulidad?. ¿Yo? ¡No! ¿Para qué, si
no me quiero volver a casar? Además, creo que es carísimo,
¿no ves que solo se lo dan a los famosos?. Tengo unos amigos que consiguieron
la nulidad, pero creo que se miente mucho para que te la den, porque si no
¿cómo se explica, si llevaban muchos años casados y tenían varios hijos?",
estas son algunas de las dudas y recelos que se plantean los matrimonios
fracasados.
Para "despejar
dudas y quitar miedos", María Álvarez de las
Asturias, defensora del vínculo y promotora de Justicia en el Tribunal
Eclesiástico Metropolitano de Madrid de 1998 a 2016, explicar en su libro
"La nulidad matrimonial. Mitos y Realidades" (Digital Reasons) qué es
y qué no es el proceso de declaración de nulidad de matrimonio.
No tener miedo a
consultar
"Pretendo
aclarar los aspectos que provocan más dudas, recelos y temores, sobre todo en
las personas que podrían plantearse iniciar un proceso. Y fundamentalmente, con
el libro animo a no tener
miedo a consultar sobre la verdad de un matrimonio cuando
ha fracaso o se ha roto", explica la canonista a Religión Confidencial.
Álvarez de las Asturias ha intervenido, a lo
largo de su vida profesional, en más
de mil causas de nulidad de matrimonio: de ellas, no más de
ocho afectaban a personas que salen habitualmente en los medios.Y en su
experiencia en los tribunales afirma que a ninguna persona se le privó de
acceder a un proceso de nulidad por falta de medios económicos.
Sanar las heridas
"No es
mi intención convencer a nadie de que el proceso sea algo fácil de vivir.
Tampoco puedo negar que, en numerosas ocasiones, la experiencia de quienes han
pasado por un tribunal eclesiástico ha podido ser muy negativa, desagradable o,
al menos, manifiestamente mejorable. Pero también es verdad que la mayoría de
los que trabajan en los tribunales eclesiásticos e intervienen en los procesos
de nulidad de matrimonio lo hacen conscientes de la importancia de estos
procesos, no solo para la tranquilidad de conciencia de las personas que acuden
a ellos, sino también para
ayudar a conocer y sanar las heridas surgidas en las rupturas matrimoniales.
El proceso de nulidad debe llegar a ser una herramienta de ayuda. Conocer la
verdad de los motivos que llevaron a una ruptura", explica la autora en su
libro.
Además, Álvarez de las Asturias, fundadora del Instituto de orientación
personal y familiar Coincidir, también pretende con el libro dar a conocer
qué va a pasar en un proceso de nulidad, los pasos que hay que dar y responder
a algunas leyendas negras o mitos que no tienen fundamento.
Razones de fracaso en el
matrimonio
"Cuando
un matrimonio se ha separado, además de procurar que esa ruptura haga el menor
daño posible a ambos y a sus hijos, podemos ayudarles a reflexionar sobre las
razones por las que ha fracasado ese matrimonio: ¿por
debilidad, cansancio o desgaste en la relación?; ¿no han podido salir adelante o realmente no
han hecho el esfuerzo necesario para superar lo que les separaba?;
¿hay motivos serios y graves detrás de la ruptura? En ese caso, puede tener
sentido plantearse una
consulta con un especialista en derecho matrimonial canónico que
pueda verificar si hay indicios de alguna causa de nulidad en ese
matrimonio", explica la autora.
La Defensora del vínculo del Tribunal
Eclesiástico matiza: hay que consultar con un experto en derecho matrimonial.
"Muchos fieles acuden a un sacerdote a consultar sobre su matrimonio,
y no todos son especialistas. Creo que es necesario que los párrocos y orientadores
familiares sepan a quién preguntar cuando observan que pueden existir indicios
de nulidad y derivarlos a estos canonistas expertos en derecho
matrimonial", explica María Álvarez a RC.
Indicios de nulidad
En el caso
de que haya indicios suficientes, todo fiel tiene derecho a iniciar el proceso para conocer la verdad de su estado de
vida. Pero además hay que considerar si es conveniente o
no, si ayuda o no en ese momento.
El fin del proceso es declarar la verdad sobre
la validez o nulidad de un matrimonio. Por tanto, la intención con que uno
inicia un proceso debe ser conocer esa verdad para saber cuál es el propio
estado de vida ante Dios y la Iglesia. "Pero, además, el proceso debe
servir para sanar las heridas", resalta la canonista en el libro.
Conocer las causas que han llevado a la
ruptura, debe servir para poner remedio
a lo que haya hecho imposible el éxito de ese matrimonio. Las
causas pueden ir desde la inmadurez o la falta de conocimiento de lo que
verdaderamente es el matrimonio, hasta las circunstancias en las que se
contrajo y los comportamientos inmediatos que han provocado la ruptura.
Amoris Laetitia
"También
es buen momento para repasar, y en su caso remediar, lo que no se haya hecho
bien en la separación. En Amoris
Laetitia 300, aunque dirigidas a divorciados en nueva unión,
encontramos una serie de preguntas que pueden ayudar", subraya la
experta.
Insiste en que la intención debe ser siempre la
búsqueda de la verdad y la actitud es acudir a la Iglesia como un hijo a su
Madre, exponer lo ocurrido en un matrimonio que está roto y preguntar si es o
no válido, aceptando de antemano la decisión a la que llegue el tribunal tras
un proceso que cumpla todas las garantías para llegar a la certeza moral
necesaria para dictar sentencia.
"Desde mi punto de vista, esto se hace más
fácilmente si se acude a un proceso de nulidad no
mucho tiempo después de la ruptura o pasado el tiempo, pero
con la única intención de saber qué ha pasado y conocer la verdad de la propia
situación personal y así poder enfocar el resto de la vida en conformidad con
la doctrina de la Iglesia", explica Álvarez de las Asturias.
Situaciones irregulares
Aunque
muchas personas acuden así a los procesos de nulidad, también es muy frecuente
que por muy diversos motivos se haga más tarde, y con el deseo de poder
formalizar una relación ya iniciada con una tercera persona o para solucionar
una situación de las que se ha dado en llamar "irregular".
Estas circunstancias exigen hacer
el esfuerzo de tener claro que lo que se busca en el proceso es la verdad
del matrimonio roto, porque psicológicamente es fácil que en esas condiciones lo que el demandante quiere es que la
sentencia declare que sí es nulo su matrimonio, para poder casarse válidamente
con quien ya uno tiene planes de boda o para solucionar esa "situación
irregular".
Y no es infrecuente que una sentencia negativa,
que no cumple las expectativas del demandante, sea mal acogida y haya un
rechazo al trabajo del tribunal con el riesgo de que ese rechazo sea a la
Iglesia y provoque un alejamiento de la práctica de fe. Por eso, al asesor
jurídico conviene añadir una compañía
espiritual que ayude a vivir el proceso de cara a Dios,
buscando siempre la verdad y dispuesto a acoger la voluntad de Dios en el
pronunciamiento del tribunal.
El libro, por tanto, explica el proceso, las
causas de nulidad, el procedimiento y también el acompañamiento espiritual y
pastoral.
Fuente: ReligionConfidencial