Lo
que nos mueve
Hola,
buenos días, hoy Joane nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Esta
semana me toca a mí ser “hebdomadaria”, una palabra curiosa y muy monástica que
hace referencia a la que, en esa semana, oficia el coro: empezar, las
oraciones...
La
peculiaridad de nuestra Comunidad es que todo lo hacemos cantado. Eran las 6:30
de la mañana, y tenía que comenzar sola cantando: “Señor, ábreme los labios”.
Es lo que más difícil se me hace, pero estaba preparada razonando cada uno de
mis movimientos: cogí aire por la nariz, lo retuve en condiciones para poder
cantar sin quedarme sin aire, calculé el momento oportuno en el que entrar
acompañando al órgano... todo perfecto.
Llegó
el momento y salió de mi boca con todo el aire acumulado: “¡Señor, ábreNOOOOOS
los labios!”. Mientras lo decía... mi cabeza me avisaba que era “ábreme”, no
“ábrenos”, pero no me dio tiempo a parar lo que salía de mi boca. Así que así
salió, y con ello contribuí a la alegría de mis hermanas, haciéndoles reír.
Este
pequeño incidente me sirvió para la oración. Intentaba controlar todo para que
fuese perfecto: voz, aire, entonación... pero se me descontrolaron las
palabras. ¿Qué estaba moviéndome en ese momento? La aceptación y la perfección;
a un lado quedó el Amor.
Es
curioso porque, cuando nos movemos por “aceptación”, por que vean que nos salen
bien las cosas... ¡siempre salen al revés! El miedo a la aceptación nos quita
la libertad, nos hace esclavos de nuestros miedos, haciéndonos actuar según ellos
y vivir con una máscara.
Hay
otro camino, quizá muchas veces imperfecto humanamente, pero que nos hace ser
libres y caminar confiados; es el camino del Amor, vivir sabiéndonos amados por
el Señor como somos y como estamos, y actuar desde ese Amor. Es entonces cuando
los miedos se esfuman, cuando puedes caminar como un niño confiado porque la
mano de su Padre le sostiene con fuerza. La libertad que brota del amor deja
fuera todos los miedos e inseguridades.
Hoy
el reto del amor es que tu motor sea el Amor. Cuando sientas que tus miedos o
máscaras aparecen a la hora de hacer algo, mira al Señor, considera cuánto te
ama y actúa desde Él sin miedo a equivocarte y, si te equivocas, podrás sonreír
porque te seguirás sabiendo amado.
VIVE
DE CRISTO
Fuente:
Dominicas de Lerma