COLABORACIÓN DE JUAN CARLOS CARVAJAL PARA ESTE DOMINGO

Domingo V (Ciclo A)

MONICIÓN DE ENTRADA

Sed bienvenidos a la Asamblea del Domingo.

Aquí, todos tenemos un lugar. El Señor nos ha invitado personalmente a cada uno de nosotros. Poco importa nuestras ideologías, nuestro itinerario vital, las circunstancias que estemos viviendo…, el Señor nos ha convocado a participar del Banquete que Él mismo prepara y sirve. 

En esta Eucaristía se nos presenta la Campaña de Manos Unidas contra el Hambre, que lleva el lema: “Quien más sufre el maltrato del planeta no eres tú”. En esta ocasión se nos invita a solidarizarnos con tantos hermanos nuestros que sufren la consecuencia del cambio climático.

Pidamos a Dios que la celebración de esta Eucaristía nos ayude a cambiar nuestro estilo de vida para hacerlo más respetuoso con el medio ambiente.


MONICIÓN A LAS LECTURAS

¿Por qué el Señor nos ha llamado a ser sus discípulos? ¿Qué espera de nosotros?... Seguro que alguna vez nos hemos hecho estas preguntas. ¿Hemos encontrado respuesta?...

Una cosa es segura, resulta esencial que sepamos porqué Jesús nos ha hecho discípulos suyos, y cuál es la misión que nos encomienda.

Escuchemos con atención las lecturas que hoy se proclaman, por ellas el Señor nos manifiesta cuál es nuestra vocación en el mundo.


ORACIÓN DE LOS FIELES

A cada suplica respondemos: ¡Escúchanos, Señor!

- Por la Iglesia, para que proyecte la luz del Evangelio en medio del mundo. OREMOS.

- Por los que gobiernan las naciones, para que afronten las causas del cambio climático y promuevan medidas que vengan en socorro de sus víctimas. OREMOS.

- Por los que trabajan por erradicar la pobreza en el mundo, para que las dificultades a las que se enfrentan no les desanimen ni desesperen. OREMOS.

- Por las víctimas del cambio climático: por los que ven cómo se desertiza su tierra y sus costas se sumergen en el mar, por los que tienen que emigrar, para que encuentren la solidaridad que necesitan. OREMOS.

- Por todos nosotros, para que allí en donde nos encontramos seamos la luz que irradie la esperanza y la sal que introduzca el sabor de la fraternidad. OREMOS.


ORACIÓN FINAL

Señor, no sabemos cómo agradecerte
que hayas querido contar con nosotros:
Tú has derramado tu gracia
y nos has hecho sal de la tierra y luz del mundo.

Realmente, Señor, Jesús,
tanto amor y tanta confianza nos confunden.
La misión que nos encomiendas
supera nuestras fuerzas,
incluso supera nuestro deseo de serte fieles.
¡Somos tan débiles!...
Y, sin embargo, tú, Señor,
sigues contando con nosotros
y nos envías al mundo
para dar testimonio de tu amor.

Te pedimos, ¡Oh, buen Jesús!,
que nos des la valentía necesaria
para acercarnos a los pobres y necesitados.
Ayúdanos a que humildemente les ofrezcamos
la sal del respeto y la solidaridad.
También, te pedimos que nos des el arrojo
para acercarnos a los decepcionados y deprimidos.
Fortalécenos para que con delicadeza
les podamos brindar la luz de la esperanza.

Jesús, aquí nos tienes,
disfrutando de tu intimidad
y disponibles para tu servicio.
Gracias, Señor.