COLABORACIÓN DE JUAN CARLOS CARVAJAL PARA ESTE DOMINGO


Domingo VI T. Ord.(Ciclo A)

MONICIÓN DE ENTRADA

Buenos días, sed bienvenidos todos a la casa de familia.

Nos hemos reunido en torno al Altar para celebrar el Día del Señor. Cada uno de nosotros ha venido cargado con su vida para ofrecerla, junto a Jesús, al Padre.

Celebrar la Eucaristía es una gracia que ninguno merecemos. ¡Fuera rutinas!, ¡fuera el mero cumplimiento de una norma…! La Misa dominical es la fuente de nuestro gozo y consuelo, la fuente de donde brota nuestra vida cristiana. 

Nunca agradeceremos lo suficiente que el Señor nos haga, domingo tras domingo, partícipes de este misterio de amor. Humildemente, dispongámonos para la celebración.


MONICIÓN A LAS LECTURAS

Jesús se presenta ante nosotros como el Maestro, y, en verdad, lo es. Él promulga una nueva ley. Una ley que parece superar nuestras fuerzas.

Muchas veces, nos parece imposible vivir los mandamientos que el Señor nos da; y, sin embargo, Él confía en nosotros y nos da su gracia para fortalecernos y llevarnos a realizar lo que es imposible para nuestras fuerzas.

¿Nos dejaremos mover por la gracia del Espíritu en nuestro vivir diario?
Escuchemos atentamente su Palabra.


ORACIÓN DE LOS FIELES

A cada suplica respondemos: ¡Escúchanos, Señor!

- Por la Iglesia, para que a la luz del Evangelio promueva la justicia entre todos los hombres. OREMOS.

- Por los que gobiernan las naciones para que promuevan relaciones de equidad entre sus pueblos. OREMOS.

- Por los que en la vida religiosa se han consagrado al Señor, para que lejos de fiarse de su generosidad y de sus fuerzas se abran a la gracia del Espíritu. OREMOS.

- Por los que sienten la vocación de servir de un modo especial a los más desfavorecidos, para que encuentren el apoyo de la comunidad cristiana. OREMOS.

- Por todos nosotros, para que confiados en la gracia que hemos recibido en el Bautismo hagamos vida cotidiana el Evangelio de Jesucristo. OREMOS.


ORACIÓN FINAL

Padre de misericordia, hoy te damos gracias
porque en diversas ocasiones y de muchas maneras
nos has revelado el camino de la Vida.

Nos lo revelaste por medio de Israel:
la alianza que hiciste con tu pueblo
nos manifiesta que toda norma es estéril
si no procede de ti y a ti halla su meta.

Por tu Hijo, Jesús, nos enseñaste
que toda la ley se consuma en el mandato del amor.
Esta es la clave para conocer lo que es la felicidad
y el dinamismo que facilita que la alcancemos.

Te pedimos, Dios nuestro,
que derrames sobre nosotros tu Espíritu,
ese Espíritu que Jesús expiró desde la Cruz.
Él nos dará la luz para discernir tu voluntad
y la gracia necesaria para cumplirla…

Queremos, Padre de bondad,
que nuestra vida refleje tu santidad,
esa santidad que solo a Ti te pertenece
y que Tú nos has dado a participar por el Bautismo.

Gracias, Padre, Dios.