El Cardenal Robert Sarah, prefecto de la
Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, respondió
recientemente a quienes lo acusan de oponerse al Papa Francisco, dio detalles
sobre su nuevo libro y explicó por qué cree que el sacerdocio se encuentra en
“peligro mortal”
Cardenal Robert Sarah / Crédito: Estefania Aguirre - CNA
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El
Cardenal habló sobre estos temas en una entrevista
exclusiva para el National Catholic Register publicada el 7 de
febrero, con motivo de la publicación a finales de este mes de la edición en
inglés de From the
Depths of Our Hearts: Priesthood, Celibacy and the Crisis of the Catholic
Church (en español significa “Desde lo más profundo de nuestros
corazones”), su nuevo libro sobre el sacerdocio que escribió junto al Papa
Emérito Benedicto XVI.
Al
inicio de la entrevista le preguntan: “Su Eminencia, ¿por qué quería escribir
este libro?”. A lo que respondió: “¡Porque el sacerdocio cristiano está en
peligro mortal! Está pasando por una gran crisis”.
“El
descubrimiento de la gran cantidad de abusos sexuales cometidos por sacerdotes,
e incluso obispos, es un síntoma indiscutible de esto. El Papa emérito
Benedicto XVI ya había hablado enérgicamente sobre este tema. Pero luego su
pensamiento fue distorsionado e ignorado. Al igual que hoy, se han hecho
intentos para silenciarlo. Y como hoy, se montaron maniobras de distracción
para desviar la atención de su mensaje profético”, dijo.
A
pesar de esto, el Cardenal afirma estar “convencido” de que Benedicto XVI ha
dicho lo esencial: “Lo que nadie quiere escuchar”.
“Él
ha demostrado que en la raíz de los abusos cometidos por los clérigos, hay una
falla profunda en su formación. El sacerdote es un hombre apartado para el
servicio de Dios y la Iglesia. Es una persona consagrada. Toda su vida está
apartada para Dios. Y, sin embargo, querían desacralizar la vida sacerdotal.
Querían trivializarlo, hacerlo profano, secularizarlo. Querían hacer del
sacerdote un hombre como cualquier otro. Algunos sacerdotes se formaron sin
poner a Dios, la oración, la celebración de la Misa, la ardiente búsqueda de la
santidad en el centro de sus vidas”, explicó.
Sobre
la formación, dijo que a los sacerdotes no les han enseñado “que Dios es el
único punto de apoyo para sus vidas” y no se les ha hecho experimentar “que sus
vidas solo tienen sentido a través de Dios y para él”.
“Algunos
han caído en la lógica diabólica del abuso de autoridad y los delitos sexuales.
Si un sacerdote no experimenta a diario ser un instrumento en las manos de
Dios, si no está constantemente delante de Dios para servirlo con todo su
corazón, entonces corre el riesgo de intoxicarse con una sensación de poder. Si
la vida de un sacerdote no es una vida consagrada, entonces está en gran
peligro de ilusión y diversión”, señaló.
También
criticó a algunas personas que buscan “relativizar el celibato de los
sacerdotes”, pero aseguró que esta virtud es “la manifestación más obvia de que
el sacerdote pertenece a Cristo y que ya no se pertenece a sí mismo”.
“El
celibato es el signo de una vida que solo tiene sentido a través de Dios y para
él. Querer ordenar hombres casados es
implicar que la vida sacerdotal no es a tiempo completo, que no requiere un
regalo completo, que deja a uno libre para otros compromisos, como una
profesión, que deja tiempo libre para una vida privada. Pero esto es falso. Un
sacerdote sigue siendo sacerdote en todo momento”, afirmó el Cardenal Sarah.
Subrayó
que la ordenación sacerdotal “es una consagración de todo nuestro ser, una
conformación indeleble de nuestra alma a Cristo, el sacerdote, quien nos exige
una conversión permanente para corresponderle”.
“El
celibato es la señal incuestionable de que ser sacerdote supone permitirse
estar completamente poseído por Dios. Ponerlo en cuestión agravaría gravemente
la crisis del sacerdocio”, acotó.
Cuando
se le preguntó si el Papa Emérito Benedicto XVI comparte el mismo punto de
vista, el Purpurado dijo que estaba “seguro de ello”.
“Él
me lo ha dicho, cara a cara, en varias ocasiones. Su mayor sufrimiento y el
juicio más doloroso de la Iglesia Latina es el crimen de los sacerdotes
pedófilos, sacerdotes que violan su castidad. Uno tiene que leer todo lo que
escribió sobre este tema como cardenal, luego durante su pontificado y, más
recientemente, en From the
Depths of Our Hearts”, dijo.
También
criticó a quienes querían colocar un “bozal” a Benedicto XVI. “Debo
confesar mi revuelta ante la calumnia, la violencia y la grosería a las que ha
sido sometido. Benedicto XVI quería hablar con el mundo, pero intentaron
desacreditar sus palabras. Sé que él toma todo lo que está escrito en este
libro con determinación, y sé que está encantado con su publicación”, aseguró.
Sobre aquellos que se oponen al sacerdote,
los acusó de no querer “llegar al fondo del debate”, porque “saben que sus
argumentos se basan en errores históricos, en malentendidos teológicos”, y
“saben que el celibato es necesario para la evangelización en los países de
misión”.
“Entonces
intentan deslegitimar el libro en sí. Al no tener nada para oponerse en el
texto, atacan la tapa. ¡Qué pena!”, exclamó.
También
criticó que algunas personas los quieren hacer “pasar por ingenuos”: “Intentan
hacernos creer que nuestros editores nos han manipulado y se han aprovechado de
un malentendido para montar no sé qué tipo de truco de comunicación. ¡Esto es
totalmente falso! No hay malentendidos. Nuestro editor francés simplemente
implementó lo que yo personalmente resolví con el Papa emérito”.
“Todas
estas polémicas son una táctica de diversión para evitar hablar sobre lo
esencial, el contenido del libro”, subrayó.
Sobre
la opinión de que el celibato sacerdotal es una norma relativamente reciente en
la Iglesia Católica, el Cardenal Sarah respondió que “a menudo somos víctimas
de una profunda ignorancia histórica sobre este tema”.
“La
Iglesia tuvo sacerdotes casados durante los primeros siglos. Pero tan pronto
como fueron ordenados, se les pidió que se abstuvieran por completo de las
relaciones sexuales con sus esposas. Benedicto XVI nos recuerda esto muy
claramente en este libro. Todos conocen su profunda cultura histórica y su
perfecto conocimiento de la antigua tradición. Este es un hecho cierto y lo
demuestra la investigación histórica más reciente”, dijo el Purpurado.
Al
final de la entrevista, el Cardenal Sarah precisa que “debemos aspirar a la
santidad”.
“Benedicto
XVI, con valor profético, se atreve a afirmar que ‘sin la renuncia a los bienes
materiales, no puede haber sacerdocio. El llamado a seguir a Jesús no es
posible sin este signo de libertad y renuncia a todos los compromisos’. Por lo
tanto, sienta las bases para una verdadera reforma del clero. Pide un cambio
radical en la vida cotidiana de los sacerdotes”, dijo.
“Por
mi parte, he tratado de desarrollar este llamado enfatizando que los sacerdotes
deben encontrar formas concretas de vivir los consejos evangélicos. Los obispos
deben reflexionar sobre esto, para sí mismos y para los sacerdotes: debemos
poner a Dios concretamente en el centro de nuestras vidas”, concluyó.
Fuente: ACI