En su intervención en el congreso de
laicos titulado “Pueblo de Dios en salida”, el Arzobispo de Madrid,
Cardenal Carlos Osoro, propuso a los asistentes el atrevimiento de tener cuatro
sueños
El
Cardenal recordó a los más de 2 mil delegados presentes en Madrid que el mismo
Papa Francisco es quien invita a los fieles laicos a ser una Iglesia alegre y
en salida, y por ello propuso estos cuatro sueños:
1.- Promover la dignidad de los más
necesitados
“Soñar
en este Congreso pensando en nuestra vocación laical misionera y por ello
pensando en todos los hombres”, animó el Cardenal.
Esto
debe hacerse, dijo, pensando “especialmente en los que más necesitan, que
seamos capaces de escuchar a todos y promover con fuerza la dignidad de las
personas que con tanta hondura regala Jesucristo”.
2.- Soñar desde la belleza humana
“Soñar
en este Congreso desde la belleza humana que la cultura de nuestro pueblo en
España, en sus diversidades, ha dado al ser humano en todas las dimensiones”,
dijo.
El
Cardenal precisó que en España “la belleza más grande que es Jesucristo, tuvo
atracción y acogida por otros pueblos, a través de los laicos y de las familias
cristianas, asociaciones, movimientos, comunidades”.
3.- Custodiar la vida que nace de quien acoge
a Cristo
El
Arzobispo alentó asimismo a “soñar en este Congreso cómo podemos hoy siendo
creativos, custodiar, guardar, promover y hacer nacer la vida desbordante que
brota de quien acoge a Jesucristo y lo hace capaz de no dejar al margen a
nadie”.
4.- Renovar la Iglesia desde la fidelidad a
la propia vocación
El
Cardenal Osoro pidió asimismo “soñar en este Congreso con un laicado cristiano
consciente de que toda la renovación de la Iglesia consiste esencialmente en el
aumento de la fidelidad a su vocación”.
En
este marco, continuó, es importante recordar que “la parroquia (que no es una
estructura caduca), como nos dice el Papa Francisco, es la presencia eclesial
en el territorio, ámbito de la escucha de la Palabra, del crecimiento de la
vida cristiana, del diálogo, del anuncio, de la caridad generosa, de la
adoración y de la celebración”.
Asimismo,
indicó, “todas las demás instituciones eclesiales, comunidades de base y
pequeñas comunidades, movimientos y otras formas de asociación, son una riqueza
de la Iglesia que el Espíritu suscita para evangelizar todos los ambientes y
sectores”.
El
Cardenal Osoro también hizo votos para que “todos los llamados a vivir la
vocación laical sepan elegir y juntos encontrar cauces para crecer como
discípulos misioneros”.
Esto,
concluyó, se puede hacer “viviendo en comunidad y con la necesidad de asumir un
compromiso cada día más fuerte en el mundo, lo cual nos va a exigir una
formación fuerte y renovada, que se manifieste en vivir la misión como un
proceso”.
“Fiémonos,
el Señor nunca abandona a su Pueblo, Él nos acompaña y su Santísima Madre en la
advocación de Nuestra Señora de la Almudena nos sigue recordando ‘no tengáis
miedo’, ‘estoy con vosotros’, ‘haced lo que Él os diga’”, concluyó.
Fuente:
ACI