Solución
inesperada
Hola,
buenos días, hoy Lety nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
La
verdad es que la cocina me gusta mucho y, desde hacía un tiempo, me llamaban la
atención las tortillas de patata rellenas. Aparte de que me encantan, siempre
he querido aprender para hacérselas a las monjas.
Pero
al hacer tortilla de patata, sencilla o rellena, siempre hay un problema: darle
la vuelta.
En
el Monasterio hay varias técnicas: unas monjas lo hacen con un plato (pero a mí
se me resbala); otras, con una tapadera (aunque a mí se me queda la mitad por
el camino)... El caso es que, siempre que intento hacer tortilla, o se me pega,
o se me resbala... o me quemo.
Pero
este año, por Navidad, me han regalado una sartén que es doble: parecen dos
sartenes que se enganchan entre sí. De este modo, puedes dar la vuelta a la
tortilla sin que ocurra nada de lo que me pasaba. Ayer la estrené y la verdad
es que es una gozada: salieron perfectas, no se pegaron, y bien hechas.
Cuando
acabé de cocinar, di gracias al Señor por la persona que inventó esta doble
sartén, porque, algo tan sencillo, me evitó unos cuantos problemas.
Y
me daba cuenta de que así es nuestra vida: a veces nos atascamos en los
problemas, los vemos sin solución, perdemos la esperanza, y sentimos que nada
funciona... como me pasaba a mí al dar la vuelta a la tortilla.
Pero,
de repente, no sabes cómo, aparece algo o sucede algo que da la vuelta a eso
que estás viviendo, y se pone en tus manos la posibilidad de cocinar sin problemas.
Para
que este cambio se dé en nuestra vida, necesitamos que tengamos Fe en el Señor.
Jesús
te ama tal y como estás, tal y como eres, donde te encuentres... Él da toda su
vida por ti y resucita para que tú tengas vida. Lo único que te pide a cambio es
que tengas Fe. Pero no una Fe de resignación, sino una Fe de certeza, de saber
que Él te cuida, que Él está contigo, y que, en todo lo que te pasa, Él está
detrás de ello, guiando tu camino. Porque nuestra certeza es Cristo, su amor
por cada uno de nosotros.
Hoy
el reto del amor es hacer un acto de Fe. Dile a Jesús que crees en Él, que
quieres que entre en tu vida y te toque el corazón. Díselo desde lo profundo de
ti mismo, y descubrirás la Paz que Él te regalará.
VIVE
DE CRISTO
Fuente:
Dominicas de Lerma