HOY EL RETO DEL AMOR ES PEDIR AL SEÑOR UN CORAZÓN “ELÁSTICO”, CAPAZ DE ADAPTARSE

En su sitio

Hola, buenos días, hoy Sión nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.

Debajo del hábito llevamos una falda de lana llamada refajo. Sirve para protegerse del frío, pero, además, es la que lleva los bolsillos. En efecto, los del hábito son solo unas aberturas sin más, el bolsillo realmente está en la falda interior.

Aparte de estas magníficas cualidades, el mío tiene además otra peculiaridad: sirve para barrer. Sí, sí, has leído bien. Resulta que, por algún extraño motivo, mi refajo se me va cayendo y, cuando me doy cuenta, llevo un fantástico vestido de cola con el que he limpiado todo el pasillo.

Me paso el día “arremangándomelo”, pero, como comprenderás, no es nada elegante... así que decidí pedir auxilio a la costurera.

-¡¡Los bolsillos!! -diagnosticó rápidamente sor Puri- Seguro que los tienes llenos...

Rápidamente tomó mi refajo y se puso a revisarlos.

-Uy, pues no es para tanto...

Entre tú y yo... mis bolsillos son más bien alforjas, por lo que consideré el comentario un acto de condescendencia de sor Puri hacia mí...

-¡¡Vamos a mirar la goma!! -dijo nuestra costurera, tijera en mano.

Abrió un pequeño agujero y...

-¡Mira, está pasada! ¿Cómo no se te iba a caer? Esto lo arreglamos en un momento...

Y aquí estoy ahora, feliz con mi refajo que, gracias a la goma nueva, permanece en su sitio, ¡con alforjas y todo!

He orado mucho esto... porque no era cuestión de eliminar los bolsillos. No era solución tampoco tirar el refajo. Pero, eso sí, había que cambiar por completo su interior. No valían apaños, ¡necesitaba una goma nueva!

Con el uso y el paso del tiempo, la goma se desgasta y deja de cumplir su misión. Eso mismo puede sucedernos a nosotros. El día a día puede darnos de sí, hacer que vayamos un poco “arrastrados”, que no podamos con el peso de los hermanos que llevamos en los bolsillos.

Por eso mismo, Cristo no habla de apaños, ¡¡habla de darte un corazón totalmente nuevo, un espíritu nuevo!! Él desea hacerlo en ti, ¡basta que te pongas en Sus manos! ¡Es el mejor Sastre!

El refajo y los bolsillos seguirán ahí, pero, con una goma nueva, ¡irán en su sitio!
Hoy el reto del amor es pedir al Señor un corazón “elástico”, capaz de adaptarse, de cargar con los demás, de asegurar el calor... ¡Hey! ¿Te das cuenta? ¡¡Así el corazón de Cristo!! ¡Pidámosle en este Adviento un corazón como el Suyo! ¡Feliz día!

VIVE DE CRISTO

Fuente: Dominicas de Lerma