Carta
a Jesús
Hola,
buenos días, hoy Lety nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
El
día de Navidad, al pasar por la iglesia, vi que, en el belén, alguien había
dejado un papel doblado junto al portal. Lo cogí y, con cuidado, lo desdoblé.
Mi sorpresa fue grande: me encontré una carta. Alguien había escrito a Jesús y
había descargado su corazón en Él.
Me
encantó el papel, así que, en la oración, escribí una carta a Jesús contándole
todo lo que tenía en mi corazón.
Empecé
dándole gracias por todo lo que me regala. Luego le fui escribiendo de las
personas que me han pedido oración: problemas, situaciones... Después le
escribí de lo que me preocupa, lo que me inquieta... También le escribí sobre
una cosa que doy por perdida y que me produce mucha tristeza. Entonces me di
cuenta de que la tristeza me ha robado la esperanza, y le pedí no dar nada por
perdido, que me regale esperanza en Él...
Le
escribí sobre todo lo que llevo en el corazón. Al terminar, doblé el papel y lo
puse debajo de la cuna del Niño Jesús. En ese momento le dije que quería que,
todo lo que tengo en el corazón, lo bueno y lo menos bueno, sea lo que haga que
levante su cuna. Porque muchas veces pienso que algo es malo en mi vida, pero,
si le dejo actuar a Él y le doy un tiempo, después veo que todo está bien
hecho, y que, con Cristo, de todo sale un bien. Pero mi impaciencia me impide
ver cómo Él actúa. Porque yo quiero que las cosas se me concedan en el acto. Y
este no es Jesús; en la espera se fortalecen el amor y la confianza.
Al
acabar la carta... ¿sabes cómo me sentí? Más ligera; había soltado un peso en
los brazos de Otro.
Hoy
el reto del amor es escribir una carta a Jesús y dejarla en un belén (no tienes
que firmarla). Deja que el cura de tu parroquia se la encuentre: te aseguro que
rezará por ti. Y tú, al escribir, descubre el gran descanso que Jesús te
regala. Este Niño que nos ha nacido, te viene a decir que ya no tienes que
cargar tú con nada, que es Él quien carga con ello para que tú tengas vida.
VIVE
DE CRISTO
Fuente:
Dominicas de Lerma