“Al final, la civilización de cada nación o pueblo no
se mide por su poder económico sino por la atención que dedica a los
necesitados, así como en la capacidad de volverse fecundos y promotores de
vida.”
En la última cita de su penúltimo día en Japón el Papa
se encontró con las Autoridades y al Cuerpo Diplomático del país. "La
dignidad humana debe estar en el centro de toda actividad social, económica y
política", recordó el pontífice. Francisco indicó también "la
necesidad de abordar la cuestión nuclear en el plano multilateral, promoviendo
un proceso político e institucional capaz de crear un consenso y una acción
internacional más amplia”.
“Deseo
alentarlos en sus esfuerzos por dar forma a un orden social cada vez más
protector de la vida, cada vez más respetuoso de la dignidad y de los derechos
de los miembros de la familia humana”: con estas palabras el Santo Padre
Francisco se dirigió este 25 de noviembre a las Autoridades y al Cuerpo
Diplomático de Japón, penúltima cita de la segunda etapa de su 32° Viaje
Apostólico Internacional que lo llevó también a visitar Tailanda.
Lugar del Encuentro fue Kantei, el complejo de
edificios de Tokio que alberga las oficinas y la residencia del Primer Ministro
japonés. Antes de encontrarse con las Autoridades y el Cuerpo Diplomático, Francisco
mantuvo un encuentro privado con el Primer Ministro Shinzo Abe en la Sala para
Huéspedes Especiales del complejo, y finalizado el diálogo y el intercambio de
dones, ambos se dirigieron al Gran Salón para el encuentro con las Autoridades.
Iniciando su discurso el
Papa agradeció las palabras que le dirigió el Primer Ministro japonés, y
recordó a los presentes que cada uno, desde su lugar, trabajan "por la paz
y progreso de las personas de esta noble nación y de las naciones que
representan”. El pontífice dirigió también palabras de agradecimiento al
emperador Naruhito, con quién se encontró por la mañana, invocando para él y su
familia la bendición del Señor.
La importancia
de la solidaridad a los hermanos en dificultad
“He venido a confirmar a los católicos japoneses en la
fe, en sus esfuerzos de caridad por los necesitados y por su servicio al país
del que se sienten ciudadanos orgullosos”, afirma a continuación el Papa,
evidenciando que Japón es un país “particularmente sensible al sufrimiento de
los menos afortunados y de las personas con discapacidad”. En este contexto se
enmarca el lema de su visita “Proteger toda vida”, que Francisco recuerda para
subrayar la “dignidad inviolable” de cada ser humano y “la importancia de
mostrar solidaridad y apoyo” a los hermanos ante cualquier tipo de necesidad.
Demostración de esto fueron los testimonios de los afectados por el triple
desastre y las dificultades que tuvieron que afrontar, que el Papa escuchó y
vivió como “experiencia impactante”.
Nunca más
destrucción
Resuena fuerte, una vez más, la exhortación del Santo
Padre para que nunca más se repita la tragedia generada por la destrucción
atómica en Hiroshima y Nagasaki:
“Siguiendo los pasos de predecesores, también quiero
implorar a Dios e invitar a todas las personas de buena voluntad a seguir
impulsando y promoviendo todas las mediaciones necesarias de disuasión para que
nunca más, en la historia de la humanidad, vuelva a ocurrir la destrucción
generada por las bombas atómicas en Hiroshima y Nagasaki”
El diálogo es
el único camino
La historia enseña – recuerda el Sucesor de Pedro
- que incluso los más graves conflictos entre los pueblos, “pueden encontrar
soluciones válidas sólo a través del diálogo, única arma digna del ser humano y
capaz de garantizar una paz duradera”. “Estoy convencido – asegura – de la
necesidad de abordar la cuestión nuclear en el plano multilateral, promoviendo
un proceso político e institucional capaz de crear un consenso y una acción
internacional más amplia. Una cultura de encuentro y diálogo - marcada por
la sabiduría, la visión y la amplitud de miras - es esencial para construir un
mundo más justo y fraterno”.
El espíritu
olímpico y la solidaridad
Francisco evidencia también el “espíritu olímpico” de
Japón que “une a atletas de todo el mundo en una competición, que no se basa
necesariamente en la rivalidad sino en la búsqueda de la excelencia”. Y en este
sentido afirma que los Juegos Olímpicos y Paralímpicos, que se celebrarán el
próximo año en el país, servirán “de impulso para desarrollar un espíritu
de solidaridad que trascienda las fronteras nacionales y regionales" y
buscar "el bien de toda nuestra familia humana”.
Los principios
éticos de base de una sociedad justa
A continuación el Pontífice se refiere al “precioso
patrimonio cultural” del País del Sol Naciente que ha tenido ocasión de
apreciar en estos días y habla de la importancia de una buena relación entre
las religiones:
“La buena relación entre las distintas religiones no
sólo es esencial para un futuro de paz, sino también para capacitar a las generaciones
presentes y futuras a fin de que valoren los principios éticos que sirven de
base a una sociedad verdaderamente justa y humana.”
“Nuestra preocupación compartida por el futuro de la
familia humana nos impulsa a ‘asumir la cultura del diálogo como camino; la
colaboración común como conducta; el conocimiento recíproco como método y
criterio’, añade Francisco remitiéndose al Documento
sobre la Fraternidad Humana firmada en febrero pasado
con el Gran Imán de Al-Azhar.
De la delicadeza de la flor del cerezo, representativa
del Japón, parte el Papa Francisco para hablar de la “fragilidad de nuestra
casa común” víctima de desastres naturales pero también de “la codicia, la
explotación y la devastación de las manos del hombre”. Una situación por la
cual los jóvenes hablan y exigen “decisiones valientes” de parte de la
comunidad internacional y a quienes - dice el Papa – “debemos
responder con la verdad, no con palabras vacías, hechos, no ilusiones”.
Ecología humana
El Pontífice habla de una “ecología integral” para
proteger el “hogar común” que debe también considerar la “ecología humana”:
“Un compromiso con la protección significa enfrentar
la creciente brecha entre ricos y pobres, en un sistema económico global que
permite a unos pocos privilegiados vivir en la opulencia mientras la mayoría de
la población mundial vive en la pobreza.”
Conociendo la preocupación del gobierno japonés en
este sentido, Santo Padre los alienta a “continuar en la formación de una
creciente conciencia de corresponsabilidad entre las naciones”.
La atención a
los olvidados y excluidos
“La dignidad humana debe estar en el centro de toda
actividad social, económica y política” prosigue el Papa Bergoglio haciendo
hincapié en la necesidad de “fomentar la solidaridad intergeneracional” y de
mostrar preocupación, en todos los niveles de la vida comunitaria, “por
aquellos que son olvidados y excluidos”. El Papa piensa en especial en los
jóvenes, “abrumados al enfrentar las dificultades del crecimiento”, y también
“en los ancianos y las personas solas que sufren aislamiento” y asegura:
“Al final, la civilización de cada nación o pueblo no
se mide por su poder económico sino por la atención que dedica a los
necesitados, así como en la capacidad de volverse fecundos y promotores de
vida.”
Mañana,
último día en Japón
Mañana 26 de noviembre, último día de su
estadía en Japón, el Pontífice se despedirá temprano del personal de la
Nunciatura Apostólica que lo ha acompañado en estos días y se trasladará a poco
más de 3 kilómetros, a la Universidad Sofía, fundada por los padres jesuitas.
En la capilla de la Universidad tendrá una misa en privado con los miembros de
la Compañía de Jesús. Tras el desayuno, se encontrará con los integrantes del
Colegio Máximo y visitará a los sacerdotes ancianos y enfermos. Finalmente, en
en auditorio de la Sophia
University tendrá su último discurso en tierra japonesa.
Finalmente,
el Papa Francisco viajará unos 20 kilómetros en automóvil hasta el Aeropuerto
de Tokio-Haneda, donde tendrá lugar la Ceremonia de despedida de Japón. El
avión que traerá de regreso al Santo Padre a Roma partirá alrededor de las
11.35 hora local. La llegada del Santo Padre al aeropuerto romano de Fiumicino
está prevista para las 17.00 horas.
María Cecilia Mutual - Ciudad del Vaticano
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