Camina
sobre el cristal
Hola,
buenos días, hoy Joane nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Desde
hace unos años, tenemos en el claustro una especie de cubierta con grandes
cristaleras. El otro día, a media mañana, atravesaba en diagonal el claustro
pasando por debajo de esta cubierta. No pude evitar detenerme asombrada cuando
miré hacia arriba y vi que por el cristal había un montón de palomas andando
tan tranquilas.
Ni
vértigo, ni miedo a que se rompa... simplemente caminaban a sus anchas. Me
impresionó tanto la imagen, que cambié el rumbo y, metiéndome por los desvanes,
subí a la zona donde estaban las palomas. Nada más verme salieron volando (se
ve que yo inspiraba menos confianza que el cristal), pero me quedé un rato
contemplando lo que ellas veían desde arriba: la altura era considerable; las
monjas que pasaban por donde yo estaba antes se las veía pequeñas.
En
la vida, cuando tengo vértigo, también me cuesta subirme al cristal. Si empiezo
a razonar sobre la altura, la posibilidad de caer, el peligro... ¿no sería
mejor quedarme mirando? Cristo es el que marca la diferencia, Cristo es ese
cristal por el que puedes caminar sin caer. Seguirás sintiendo vértigo, pues la
situación que se avecina no es fácil o es desconocida, pero, si miras a Cristo,
siempre tendrás ese cristal sobre el que poner tus pies y caminar confiado, sin
temor a caer. Vivirás la misma situación, pero sabiéndote sostenido por esa
Presencia que a veces te puede parecer transparente, pero que es firme,
constante y que siempre te protege.
¿Cómo
miras a esa situación que te da vértigo? ¿Sientes el cristal bajo tus pies?
Jesús está a tu lado, no tengas miedo; deja que Él te acompañe en este momento.
Creer es poner los pies en el precipicio y saber que Cristo va a poner el
suelo.
Hoy
el reto del amor es que camines por esa situación difícil dejando que el
Cristal te mantenga sobre la cubierta. Metete una cruz o un rosario en el
bolsillo y agárralo con fuerza cuando tengas que enfrentar esa situación, esa
conversación en la que necesites ser sostenido.
VIVE
DE CRISTO
Fuente:
Dominicas de Lerma