Haciendo
hueco
Hola,
buenos días, hoy Israel nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
Nunca
antes una tarea como limpiar y ordenar me había ayudado tanto. Sí, es cierto
que es algo muy cotidiano, pero estos días me está viniendo genial.
Es
que dentro de poco va a venir una chica a hacer una experiencia de un mes con
nosotras. Ella es aspirante, y ya lleva unos meses viniendo algún fin de semana
para conocernos más, y ahora va a entrar a vivir con nosotras estos 30 días para
discernir si el Señor le está llamando a nuestra vida.
Limpiamos
a fondo por aquí o le hacemos hueco por allá... Todas esas tareas para preparar
espacio a una persona más me han llegado al alma, ya que, cuando me he querido
dar cuenta, he descubierto que también se estaba preparando para ella mi
interior. ¡Limpiar nos está disponiendo también a nosotras para acogerla de
todo corazón!
Esto
me ha hecho ver cuántas veces el Señor se vale de lo humano para hablarnos de
algo mucho más profundo: como hizo con Pedro, cuando le pidió que remara mar
adentro y echase las redes para pescar, para después decirle que Él le iba a
hacer pescador de hombres, o aquella vez que les hablaba de un sembrador que
echaba la semilla, cuando en realidad era Él quien estaba sembrando en sus
corazones su Amor, o aquella tarde que se dejó lavar y besar los pies por una
mujer, cuando en realidad era Cristo quien le había lavado a ella, y no los
pies, sino todo su ser...
Jesús
siempre tiene un hueco en el corazón para ti, para mí, para todos y cada uno.
Tú eres único para Él, y tratará de demostrártelo cada día con mil detalles,
muchos de esos que te parecen “humanos”.
Hoy
el reto del amor es hacer un hueco a alguien en tu agenda de hoy. Esa persona
que nunca encuentras momento para llamar, o para quedar con ella, o aquel hijo
con el sabes que tienes una conversación pendiente... Es un pequeño acto, pero,
al hacer hueco en tu tiempo para esa persona, pídele al Señor que te haga hueco
también en el corazón, para escuchar, para acoger, para... sencillamente, para
querer como Él la quiere.
VIVE
DE CRISTO
Fuente:
Dominicas de Lerma