Les habló del servicio totalmente dedicado a María y
la esperanza que debe acompañarla, en un tiempo de cambio constante, con el
apoyo de la oración
Al recibir a los participantes en el 214º Capítulo
General de la Orden de los Siervos de María, el Papa les entregó el discurso
que había preparado y de modo espontáneo los invitó a vivir la gracia del
"servicio" con esperanza, confiando como María en los
"tiempos" de Dios
El Santo Padre en su audiencia a estos religiosos que
deseaban encontrarse con el Sucesor de Pedro para ser confirmados en la fe y
animados en su compromiso de testimonio y servicio les habló de dos aspectos
que aún marcan a la Orden y que son también su esperanza para el futuro: el
servicio totalmente dedicado a María y la esperanza que debe acompañarla, en un
tiempo de cambio constante, con el apoyo de la oración. Mientras en el discurso
que les entregó Francisco formula votos para que sus comunidades sean también
“un signo de fraternidad universal”, escuelas de acogida e integración y
lugares de apertura con carácter relacional.
Lejos de los
muros de separación
Sí, porque con este testimonio – escribe el Santo
Padre – ayudarán a mantener lejos las divisiones y las cerrazones, los
prejuicios de superioridad o de inferioridad, los perímetros culturales,
étnicos, lingüísticos y los muros de separación. Y sus comunidades serán así en
la medida en que ellos sean hombres de comunión, de fraternidad y de unidad, como
lo fueron sus Fundadores.
María, su
verdadera Fundadora
Estos son los conceptos que se deducen del discurso
entregado por el Obispo de Roma durante este encuentro con los Siervos de María
cuyos orígenes y su primer desarrollo – tal como el Papa lo recuerda – tuvo
lugar en la ciudad italiana de Florencia del siglo XIII, en una época tan
“vivaz cuanto belicosa”. Y que nació de un grupo de hombres – los Siete Santos
Fundadores – dedicados al comercio y al voluntariado.
María como
compromiso cotidiano
Sin embargo – escribe el Papa – “su familia religiosa
pone el núcleo germinal de su propio carisma en la especial consagración a la
Virgen María, reconocida como la verdadera fundadora". Y destaca que viven
su consagración personal a la Virgen como un compromiso cotidiano para asimilar
su estilo, tal como lo transmiten las Sagradas Escrituras y sus estudios a
través de la Pontificia Facultad Teológica "Marianum".
Apostolado y
misión
Francisco recuerda que otro ámbito en el que
testimonian el Evangelio – inspirándose en la Santísima Virgen – es el del
apostolado y la misión. De manera que se esfuerzan por imitar a la Virgen
especialmente a través de cuatro de sus actitudes: Cuando tras la Anunciación
va a ayudar a su prima Isabel; cuando en Caná de Galilea obtiene de Jesús el
milagro del agua convertida en vino para la alegría de los recién casados;
cuando permanece llena de fe y de dolor a los pies de la cruz de su Hijo y
cuando reza en el Cenáculo con los Apóstoles en espera del Espíritu Santo.
A partir de estos cuatro ‘momentos’ marianos, siempre
están llamados a profundizar el carisma fundacional para actualizarlo, a fin de
que responda con esperanza a los desafíos que el mundo contemporáneo lanza a la
Iglesia y también a su Orden
Siervos de la
esperanza
Después de recordar la importancia que tiene para su
misión el tema que los acompañó como una guía durante su Capítulo General, a
saber: "Siervos de la esperanza en un mundo que cambia", el Papa
dirige su pensamiento no sólo a esta esperanza, sino también, por ejemplo, a
“la escasez de vocaciones en algunas partes del mundo”, así como a “la fatiga
de ser fieles a Jesús y al Evangelio en determinados contextos comunitarios o
sociales”, invitándolos a pensar también en las vocaciones en los nuevos
territorios en los que están insertados. Por esta razón escribe:
“Los exhorto a regocijarse por la belleza y la novedad
cultural y espiritual de los muchos pueblos a los que han sido enviados a
anunciar el Evangelio”
Significado de
ser hombres de esperanza
Además, mediante su Exhortación apostólica Gaudete et exsultate (sobre
el llamado a la santidad en el mundo actual), Francisco destaca en su discurso
que ser hombres de esperanza significa “cultivar el diálogo, la comunión y la
fraternidad”, que son los perfiles de la santidad. A la vez que: “La
santificación es un camino comunitario, de dos en dos”, tal como lo reflejan
“algunas comunidades santas”.
Desafíos
actuales
“Ser hombres de esperanza – escribe el Papa –
“significa encontrar el valor para afrontar algunos de los desafíos actuales”,
como por ejemplo, “el uso responsable de los medios de comunicación, que
transmiten noticias positivas, pero que también pueden destruir la dignidad de
las personas, debilitar el impulso espiritual y dañar la vida fraterna”.
Uso evangélico
de los media
Hacia el final de su discurso en el que escribe que
les imparte su bendición apostólica y les pide que recen por él, Francisco
recuerda que hay que “educarse” para un “uso evangélico de estos instrumentos”,
afrontando el desafío de la multiculturalidad. “No cabe duda – concluye el Santo
Padre – “de que las comunidades religiosas católicas se han convertido en
‘laboratorios’ en este sentido, ciertamente no sin problemas y, sin embargo,
ofreciendo a todos un signo claro del Reino de Dios, al que todos están
invitados, a través del único Evangelio de la salvación”.
“No es fácil vivir en armonía las diferencias humanas,
pero es posible y motivo de alegría si damos cabida al Espíritu Santo”
María Fernanda Bernasconi – Ciudad del Vaticano
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